Austeridad en Francia trae dimisión

Austeridad en Francia trae dimisión

De los Servicios de Hoy. El desacuerdo con la política de recortes fiscales que se lleva a cabo en Francia llevó al primer ministro de Francia, Manuel Valls, a presentar ayer la dimisión de su Gobierno al presidente François Hollande, en víspera de un nuevo Ejecutivo.

El ministro francés de Economía, Arnaud Montebourg, causante de la crisis de Gobierno que abrió ayer el proceso de remodelación, justificó su salida del Ejecutivo por «las políticas de austeridad absurdas» que se aplican en Francia y en Europa, y que a su parecer están agravando la crisis.

Montebourg, en una declaración sin preguntas leída tras ser recibido durante un cuarto de hora por el primer ministro, Manuel Valls, al que el presidente francés, François Hollande, ha encargado formar un nuevo gabinete que se espera que sea anunciado hoy, fue particularmente duro con ambos.

Dijo que durante los dos años que ha permanecido en el Ejecutivo, había tratado de convencer a Hollande de «rechazar para nuestro país las respuestas excesivas», y que como no lo ha logrado, «los resultados están ahí. Francia está parada y el desempleo continúa su progresión».

«Se sabe -afirmó- que las políticas de austeridad, de subidas de impuestos o de reducción del gasto público decididas por los gobiernos son ahora las causas de la prolongación y del agravamiento inútil de la crisis» en Europa.

«El mundo nos suplica, incluso, que cesemos estas políticas de austeridad absurdas que siguen hundiendo la zona euro en la recesión y pronto en la deflación», añadió.

Según su análisis, la crisis «es una de las consecuencias de las decisiones políticas erróneas soportadas por los ciudadanos europeos a causa de decisiones de poderes como el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea o los Estados miembros».

Arnaud Montebourg había afirmado este fin de semana que París debe hacer frente a la «obsesión» de Alemania con la austeridad y promover políticas alternativas en la zona euro que apoyen el consumo en los hogares.

El ministro francés ha sostenido que las medidas de reducción del déficit que se están aplicando en el continente desde el inicio de la crisis han dañado las economías del continente, advirtiendo de la necesidad de un cambio de rumbo para evitar el surgimiento de partidos populistas y extremistas.

Por su lado, la Comisión Europea rechazó ayer pronunciarse sobre la crisis de Gobierno abierta en Francia tras la dimisión del Ejecutivo galo encabezado por el primer ministro, Manuel Valls, porque constituye una cuestión de «política interna» pero ha recordado el compromiso del presidente, François Hollande, de «mantener» la senda de las reformas en el país.

«Francia es la segunda economía de la eurozona, el quinto poder (económico) mundial, y no pretende alinearse con la excesiva obsesión de los conservadores alemanes», ha manifestado Montebourg.

«Por ello, ha llegado el momento de que Francia y su Gobierno, en nombre de la supervivencia de la Unión Europea, cree una resistencia justa y sana (a dichas políticas económicas)», ha agregado.

En este sentido, ha asegurado que existe un creciente consenso entre los políticos y los economistas sobre la necesidad de aplicar políticas centradas en el crecimiento, citando a su homólogo alemán, el socialista Sigmar Gabriel, y al primer ministro italiano, Matteo Renzi, como aliados potenciales.

La segunda economía de la zona euro es, hoy por hoy, la que arroja algunos de los datos más preocupantes. El país cosecha cifras negativas trimestre tras trimestre. El desempleo roza ya el 11% -el doble que Alemania- y acumula cinco millones de parados.

La deuda pública es de dos billones de euros -el 93,6% de su PIB- y analistas internacionales, como el FMI, le auguran un anémico crecimiento del 0,7% este año.

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