Australia y China: política y comercio en pandemia

Australia y China: política y comercio en  pandemia

En mayo del 2020 la Unión Europea y Australia, como parte de 116 países miembros de la OMS sometieron una propuesta de resolución pidiendo que se investigara el origen y expansión del coronavirus.

Un mes antes la canciller de Australia, Marise Payne, había declarado: “Necesitamos que una investigación independiente identifique todo lo que necesitamos saber sobre la génesis del virus, los enfoques de su gestión y que establezca la transparencia con la que se compartió la información. De hecho, Australia insistirá absolutamente en eso”. Recalcó que debía ser una evaluación independiente, no hecha por la propia OMS. Agregó que compartía una preocupación similar a la de Trump. Se ha acusado a la OMS de que no alertó oportunamente sobre la peligrosidad del virus, antes de su propagación. El ministro de Salud, Greg Hunt, también reclamó la investigación y dijo que aunque la OMS lo había “hecho bien” en la lucha contra la polio, sarampión y malaria, su respuesta al coronavirus “no ayudó mucho”.

Siendo el principal socio comercial de Australia, China respondió “ab irato” creando una confrontación política basada en represalias económicas. La disputa comenzó con palabras del embajador chino en Australia; “¿Por qué vamos a comprar carne y vino a Australia?” El primer ministro australiano, Scott Morrison, replicó: “Nunca nos dejaremos intimidar por las amenazas ni negociaremos nuestros valores en respuesta a la coerción, venga de quien venga”.

El panorama se volvió sombrío con la ausencia de millones de turistas y se agravó con penalidades inmediatas de China: un 80.5% de aranceles a la cebada, de la cual China compra millones de toneladas anuales a Australia. Además se penalizaron la carne vacuna, azúcar, carbón, algodón, madera, langosta y otros productos. El arancel provisional al vino se ubicó entre 197 y 212%. En noviembre 18, el vocero de la Cancillería china, Zhao Lijan, expresó: “El lado Australia está muy claro que tiene la culpa del deterioro de los lazos bilaterales” … “Aquellos que han causado los problemas serían quienes tengan que resolverlos”. Prosiguió: “El lado australiano debería tomar acciones para corregir sus errores y hacer más para fortalecer la confianza mutua y la cooperación bilateral…”. Admitió que China no ponía atención ni tenía que responder llamadas del Gobierno de Australia.

Mientras así hablaba la embajada china en Camberra entregó un “expediente de 14 disputas” que incluía supuestos agravios de Australia: rechazo a más de 10 proyectos de inversión de China en infraestructura y agricultura, prohibición a Huawei y ZTE en 5G, solicitud de la investigación independiente de COVID-19, provisión de fondos a un “think tank” para difundir reportes falsos para manipular la opinión pública contra China.

Australia firmó un acuerdo de defensa mutua con Japón, y China ripostó con un Memorándum de Entendimiento con Papúa Nueva Guinea para instalar un parque industrial pesquero integral en la isla Darun, a 200 km. del sur de Australia, con inversión de US$ 204 millones, dentro de la Iniciativa Franja y Ruta. Medios de Australia divulgan la sospecha de que el muelle operaría como una base naval con potencial bélico.

Un informe preliminar del equipo de expertos de la OMS sobre COVID-19 dice que “habría sido posible actuar más rápidamente sobre la base de las primeras señales”. Después de superar obstáculos del Gobierno chino y cumplir cuarentena, los expertos iniciaron en enero, por primera vez, una supervisión “in situ” en Wuhan. También en esos días el director general anunció el regreso de EUA a la OMS.

Australia goza de superávit en su intercambio con China, su principal socio comercial, pues sus exportaciones superan las importaciones. China necesita el mineral de hierro y el carbón de Australia para su industria. Australia necesita a China: en condiciones normales recibía millones de turistas chinos y en sus prestigiosas universidades, generadoras de enormes montos de divisas, un 30% de los estudiantes extranjeros han sido chinos.

La mutua conveniencia podría imponer una pragmática reconciliación comercial que, en esencia, no sería de naturaleza política. Nótese que Australia, y hasta Japón, Corea del Sur y Singapur firmaron en noviembre pasado el acuerdo para crear la Asociación Económica Integral Regional, RCEP, considerada la mayor alianza económica a nivel mundial, que fue pacientemente articulada por China desde el 2013, pero no logró incorporar a la India, con sus 1,300 millones de habitantes.

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