El capital social es la esencia que en Santiago genera adhesión social y servicio para las buenas obras. Virtud ciudadana que como santiaguero no entendía. Incluso cuando llegué al exterior a estudiar, apenas lo pude notar en la conducta ciudadana en América y Europa.
¿Dónde reside esta esencia santiaguera? ¿En qué territorio nace ese talento que hace de los santiagueros ciudadanos identificados con su desarrollo?, ¿Por qué se observan tantos empresarios implicados en el progreso integral?
Los santiagueros tienen sentido de identidad social. Se sujetan a costumbres y poseen una personalidad emprendedora, organizada y hospitalaria. Son conclusiones del estudio sobre “Marca Santiago” que hicimos. Se ha demostrado que ese atributo surge de la fertilidad de la tierra, de su propiedad minifundista y de la sociedad que brota de cultivar tabaco, café y cacao. Cuando Santiago negociaba directamente con Holanda, Inglaterra y Francia, se consumó en el año 1600 el primer tratado de libre comercio de América. Tan rentable fue el negocio que precipitó a España a imponer la Devastación del Norte.
Entrado el siglo 19, el sociólogo Pedro Francisco Bonó diferenciaba a Santiago y el Cibao de las zonas donde predomina el hato ganadero, corte de caña y tumba de árboles (franja sur). Según Bonó el sur acumulaba una población “supersticiosa, holgazana y embrutecida”. A diferencia de aquellas que cultivan tabaco, donde se observan gentes activas, laboriosas y dedicadas.
Bernardo Kliksberg subraya que “una oleada de investigaciones explora algunos de los tesoros escondidos en una forma de capital excluida del pensamiento económico convencional, el denominado capital social”. Robert Putnam y James Coleman verificaron la influencia sobre el desarrollo de factores intangibles, no visibles, pero de presencia activa en las sociedades y que tienen peso en su evolución.
En la obra “Para hacer que la democracia funcione” (1994), R. Putnam, después de extensas indagaciones sobre la evolución histórica de Italia, encuentra algunas de las principales causas del mayor desarrollo de la Italia del Norte, con relación al Sur, en variables no consideradas por los enfoques macro-económicos convencionales.
El capital social santiaguero fue la piedra angular que permitió superar las devastaciones de Osorio del siglo 17. Lo mismo aportó en la segunda devastación del año 2003 y, en esta década del siglo 21, se acumulan nuevos factores que pueden generar una tercera devastación, pues el Estado y el aparato productivo, todavía no asegura el crecimiento económico con inclusión social.