Dios nos da la oportunidad de empezar de nuevo
Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día. Salmos 32: 3. El temor a ser reprendido o señalado por los demás cuando cometemos pecado nos cohíbe de confesarlo, por lo tanto las consecuencias que se generan producto del silencio son devastadoras. Nuestro espíritu va apagándose hasta el […]