La integración de las mujeres al mercado productivo como actoras y beneficiarias representa un impacto positivo en el desarrollo sostenible de la economía local y regional, lo que se evidencia en la mejoría de su familia y la comunidad.
Los datos fueron aportados por la ex directora de políticas públicas del Ministerio de Igualdad de Costa Rica, Mabelle Figueroa, quien enfatizó que los estudios académicos que se realizan en Latinoamérica y en el sistema de Naciones Unidas reflejan que no hay estrategia de desarrollo más eficaz que aquella donde se involucra a las mujeres en papeles determinantes, en lo económico, social y político.
Dijo que el impacto de su participación activa en las economías se refleja en las familias, porque resultan mejor alimentadas y educadas; aumentan sus ingresos, ahorros e inversiones; mejoran las condiciones de la vivienda y en general todo su entorno, influyendo también en sus comunidades y, por ende, en los países.
La ex-funcionaria agregó que su autonomía, como derecho humano a nivel centroamericano y República Dominicana, se refleja en un aumento de la tendencia a la participación de las mismas en el sector MIPYME, estableciendo una mayor concentración en micro negocios (autoempleo), con un 79.83%, un 14.94% en microempresas y un 5.22 % en pequeñas empresas.
Figueroa presentó un estudio sobre La autonomía de las mujeres en el ámbito empresarial, durante su participación en la VII Conferencia de Estudios de Género, organizada por el Consejo de Estudios de Genero de Intec, con los auspicio de la Phillip Morris y el Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA).
La experta en desarrollo humano sostenible afirmó que cualquier esfuerzo para involucrar a las mujeres en tareas de desarrollo, impacta sobre la desigualdad social y económica que caracteriza la región y, por ende, cierra la brecha de inequidad.
Del mismo modo, lamentó que aún cuando las mujeres logran entrar y mantenerse en el mercado de trabajo o desarrollar negocios, persiste la desigualdad, lo que atribuye al peso de las costumbres, ideas y sistemas de subordinación que hacen relativos o insuficientes los avances conseguidos.
Agregó que a pesar de que las mujeres alcanzan mejor educación que los hombres, continúan expuestas al trabajo no decente, es decir, a mayor sub empleo, a trabajo menor remunerado, alta temporalidad, sin la protección de la seguridad social.
La declaración de los Objetivos del Milenio, en su capítulo IV, define la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre, las enfermedades y estimular un desarrollo verdaderamente sostenible.
En la VII Conferencia, realizada en el auditorio Osvaldo García de la Concha de la Universidad Intec, se presentaron trece ponencias y tres conferencias que abordaron distintos aspectos sobre la autonomía de las mujeres.
La misma contó con la participación de expertas del Sistema de Integración Centroamericano y de la COMMCA. También participaron organizaciones nacionales e internaciones que luchan a favor de los derechos de las mujeres a mayores oportunidades de desarrollo.