Uno pudiera preguntarse el tipo y la cantidad de carga emocional que invadió la neo corteza del poeta para que luego brotara de la mente de Pablo Milanés este pensamiento filosófico versificado y maravillosamente vuelto canción, que dice: El tiempo pasa,/ nos vamos poniendo viejos /Vamos viviendo,/ viendo las horas, que van muriendo,/ las viejas discusiones se van perdiendo/ entre las razones. / A todo dices que sí,/a nada digo que no,/ para poder construir la tremenda armonía,/ que pone viejos los corazones.
La gente habla de lustros y de décadas, yo mido el tiempo por docena porque precisamente doce son los años transcurridos desde que se inició el tercer milenio de la era cristiana. En los últimos 365 días se realizaron dos mil doscientas dieciocho necropsias médico legales en la capital del país. Un mil cuatrocientos setenta y ocho casos correspondieron a muertes violentas, lo que representa las dos terceras partes de los fallecimientos estudiados. Un mil cincuenta y un estudios post mortem fueron homicidios, equivalentes al 71% de las defunciones no naturales.
Se analizó un centenar de individuos que optaron por quitarse la vida en el 2012, en comparación a los ochenta y seis casos registrados en el año 2011. Por otro lado, doscientos veintiséis cadáveres mostraron evidencias consistentes con muertes accidentales. Las defunciones por enfermedades sumaron setecientas cuarenta lo que significa un tercio del total de los experticios. ¿Qué significan estas cifras de mortalidad contabilizadas en el Instituto Nacional de Patología Forense durante el pasado año? La lectura sosegada de estos fríos números cadavéricos indican que hay un alto porcentaje de muertes evitables. El homicidio y el suicidio son hechos violentos totalmente evitables, mientras que los accidentes son prevenibles en gran medida.
De su parte, los decesos naturales sumaron 740 casos que incluyeron 125 niños y 52 fallecimientos maternos. Las defunciones no violentas en adultos mostraron una predominancia de las afecciones cardiacas mayormente por enfermedad de las arterias coronarias. La hipertensión arterial y la diabetes fueron factores contribuyentes significativos. ¿Por qué mata y se mata la gente en la República Dominicana? La respuesta no es simple ya que las causas condicionantes son múltiples y complejas. Hay factores sociales, culturales, emocionales, biológicos y económicos que inciden en magnitud variada, dependiendo de la edad de la persona, el sexo, el estrato social y su nivel educativo. En los fallecimientos infantiles se destacan males tales como el bajo peso al nacer, las infecciones, las afecciones respiratorias y los trastornos gastrointestinales, entre otros.
Las estadísticas nacionales sobre la mortalidad dominicana cuando están basadas en estudios de autopsias adquieren una gran relevancia debido a que la certeza diagnóstica tiene un 100% de objetividad. Por ende, las medidas preventivas van dirigidas a condicionantes claramente identificadas fuera de toda duda médica razonable. El reto debe ser lograr reducir la mortalidad y morbilidad en el 2013, ayudando a crear un clima social más sano y seguro para toda la familia dominicana. Así podremos construir la tremenda armonía,/ que pone viejos los corazones.