La policía peinó el viernes una instalación de FedEx en Indianápolis y registró la casa del presunto agresor en busca de un motivo de la más reciente masacre a tiros que ha conmocionado a Estados Unidos, mientras los familiares de las ocho víctimas fatales vivían horas de angustia a la espera de noticias de sus seres queridos.
El agresor fue identificado como Brandon Scott Hole, de 19 años, dijo el subjefe de policía Craig McCartt en conferencia de prensa. Los investigadores registraron una casa en Indianápolis asociada con Hole y decomisaron pruebas, entre ellas computadoras, dijo McCartt.
Hole había trabajado para FedEx hasta 2020, señaló McCartt, pero agregó que no sabía por qué dejó de trabajar para la compañía o si tenía vínculos con empleados de la instalación atacada.
Dijo que la policía aún no ha descubierto un motivo para el tiroteo del jueves, pero precisó que la policía le incautó un arma el año pasado.
McCartt también informó que las autoridades todavía están identificando a las víctimas y que aún no se ha notificado a todas las familias.
El agresor disparó contra personas al azar en el estacionamiento; ingresó en el edificio y continuó disparando, dijo McCartt. Al parecer el atacante se suicidó de un disparo poco después de que la policía ingresara en el edificio, agregó.
“No hubo confrontación alguna con nadie allí”, agregó. “No hubo ningún altercado, ninguna discusión. El simplemente apareció y comenzó a disparar a diestra y siniestra”.
McCartt dijo que cuatro personas fueron asesinadas afuera del edificio y cuatro más dentro. Varias personas también resultaron heridas, cinco de las cuales fueron llevadas al hospital. McCartt señaló que la masacre se efectuó en cuestión de minutos.
Funcionarios de la oficina del forense comenzaron el viernes en la tarde el proceso de identificación de las víctimas, lo que —dijeron— tomará varias horas.
El jefe de la policía, Randal Taylor, dijo que un número “considerable” de empleados en la instalación de FedEx son miembros de la comunidad sij, y la Coalición Sij dijo afirmó en un comunicado que tenía “profundo pesar de conocer” que miembros de la comunidad sij figuraban entre los muertos y heridos.
La coalición, que se describe como la mayor organización sij de derechos civiles en Estados Unidos, dijo en un comunicado que esperaba que las autoridades “efectúen una investigación a fondo, incluida la posibilidad de que un prejuicio haya sido un factor”.
El director ejecutivo de la coalición, Satjeet Kaur, subrayó que más de 8.000 estadounidenses sijs viven en Indiana.
La angustiosa espera para las familias de los trabajadores fue exacerbada por el hecho de que a la mayoría de los empleados no se les permite tener celulares dentro del edificio de FedEx, lo que dificulta la comunicación con ellos.
“Cuando vez notificaciones en tu teléfono, pero no recibes respuesta de texto de tu hijo y tampoco información y no sabes dónde se encuentra… ¿qué se supone hay que hacer?”, dijo el viernes Mindy Carson, cuya hija Jessica, trabaja en FedEx.