Autoridades con medidas drásticas en el Pequeño Haití

Autoridades con medidas drásticas en el Pequeño Haití

Las autoridades dominicanas continuaron ayer con medidas drásticas en el sector del Pequeño Haití, en el Distrito Nacional, con el cierre de al menos 16 hospedajes y otros negocios que consideran una amenaza para la propagación de enfermedades como el cólera.

El operativo estuvo encabezado por el  director general de Salud Ambiental de Salud Pública,  Luis Emilio Féliz Roa;  de la Dirección de Migración,  el coronel Manuel de Jesús Joga Lajara, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Policía.

Durante la jornada las autoridades fueron sorprendidas, en el sentido  que la mayoría de los hospedajes que habían  cerrado la semana pasada fueron  otra ves abiertos por sus propietarios, por lo que procedió a la clausura nuevamente dejando custodia en el frente.

Además las autoridades cerraron otros ocho establecimientos similares,  ocupados básicamente por haitianos en total hacinamiento, sin las condiciones sanitarias mínimas para ser habitados por humanos.

Las brigadas clausuraron negocios como ventas de pollos, porque estos  no contaban con ninguna norma sanitaria.

Según Féliz Roa, algunas pensiones no cuentan con sanitarios y sus habitantes hacen sus necesidades fisiológicas en cubetas que luego echan a correr por los contenes.

El operativo, que comenzó cerca de las 4:00 de la tarde con mucho bulto  ante y falta de inteligencia,  se concentró en las calles Imbert, Del Monte y Tejada, así como  la  calle Hernando Gorjón.

Desplazan.  Los dominicanos han sido prácticamente desplazados por los haitianos en las ventas de jugos, frutas, sandwiches, velas, así como productos de la época navideña, como manzana, uvas que se exhiben de manera fija y ambulante en las calles, aceras y avenidas de Santo Domingo.

Por todas partes del Distrito Nacional y los municipios de la provincia Santo Domingo, se  puede observar un aumento en la presencia de haitianos en las vías públicas, tanto en triciclos, caminando entre los  vehículos en los semáforos, así como de manera fijas en las aceras.

Hasta en lugares como el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, donde cientos de jóvenes y adolescentes practican deportes diariamente, los dominicanos desaparecieron y son los haitianos quienes ofertan jugos, agua, mabí, pan con huevo  y muchas  otras mercancías sin las mínimas higiene.

 Además, poco a poco el mercado de Nuevo de la Duarte es trasladado por los haitianos a la avenida Máximo Gómez, entre la Nicolás de Ovando y San Juan de la Maguana, donde se exhiben aguacates, guineos, verduras, frutas, plátano y muchos otras mercancías, tiradas en plena acera.

Junto a estos productos, sin ninguna reglamentación por parte del Ayuntamiento del Distrito Nacional y del Ministerio de Salud Pública, se expenden comestibles y bebidas refrescantes en recipientes sucios.

Zoom

La construcción

 El presidente de la  Asociación  de Constructores y Promotores de Viviendas  (Acoprovi), Jaime González, descartó ayer que empresarios del  sector  propicien la contratación de  obreros haitianos en la presente coyuntura, en que Haití es afectado por el cólera.

Evitar mano de obra ilegal

Informó que Acoprovi  exhorta a ingenieros, constructores y maestros de obras a evitar contratar mano de obra ilegal.  Fue entrevistado sobre la noticia de que cientos de haitianos estarían  penetrando al país ilegalmente  se han asentado de madrugada en el paupérrimo barrio La Puya.

Autoridades implacable con normas

  Al referirse al tema, el ministro de Salud, doctor Bautista Rojas Gómez aseguró que no va a  tolerar que se violenten las normas sanitarias que ponen en riesgo la salud del pueblo dominicano.

Dijo que todas las disposiciones y recomendaciones han sido violentadas por los vendedores de ese mercado. “Vamos a tomar las medidas que sean necesarias para garantizar la salud de los dominicanos”, insistió al dar a conocer dos nuevos casos de haitianos positivos a cólera en la zona del Cibao.

Al igual que en el Distrito Nacional, en la  avenida Hermanas Mirabal con Jacobo Majluta, en Villa Mella, Santo Domingo Norte, hasta las tarjetas de teléfonos las venden los nacionales haitianos, ni hablar de otras mercancías como maní, velas, manzanas y uvas.

Ni siquiera los alrededores de la parada Mamá Tingó, del Metro de Santo Domingo ha escapado, esta zona ha sido convertida en un arrabal que crece cada día ante la mirada indiferente de las autoridades.

La misma situación se observa en la avenida Charles de Gaulle con carretera Mella,  pero en Santo Domingo Este, donde los haitianos les caen en trulla a los vehículos, sobre todo, a los del transporte de pasajeros, cuando la luz roja del semáforo lo detiene.

La historia se repite en la carretera Mella con San Vicente de Paúl, en el mismo municipio, donde hasta hace un tiempo los negocios eran de los dominicanos en su totalidad.

De la misma manera en la 27 de Febrero con Isabel Aguiar, en Santo Domingo Oeste, los extranjeros se multiplican, sin que nadie explique como llegan.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas