Jimaní, Independencia. El adolescente haitiano Alixó Masí Pierret,  en el que se  detectó el primer caso de cólera en la provincia Independencia, está de alta desde hace tres días, pero permanece aún en el hospital provincial General Melenciano de este municipio, porque no tiene adónde ir, y  nadie que lo reclame.

Alixó es un jovencito de 13 años que fue rescatado el pasado domingo por una unidad del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), que lo halló deshidratado, tirado en una calle, con vómito y diarrea, principales síntomas de cólera.

Fue llevado al hospital de la localidad y luego de varios estudios se determinó que tenía la enfermedad, por lo que fue recluido en una sala especial donde recibió un tratamiento y hace tres días que está libre del cólera, pero la sala del centro de salud se ha constituido en su casa porque nadie lo ha reclamado y dice que no tiene familia.

Alixó es uno de los cientos de niños y jóvenes que al perder a todos sus familiares durante el terremoto en Haití el pasado 12 de enero deambulan por la zona fronteriza que  algunos logran cruzar.

Ahora su nuevo hogar es una solitaria habitación habilitada para pacientes con cólera y aunque está sano debe permanecer allí  hasta que las autoridades le busquen un lugar  o lo devuelvan a su país.

El muchacho apenas habla español, pero su mejoría salta a la vista porque ha recuperado las libras que perdió y su estado de ánimo está mucho mejor, informa la doctora Nondys Santana, directora provincial de Salud, que tiene a su cargo el caso.

Informó que se hacen gestiones para que Alixó  sea acogido por el Consejo Nacional de la Niñez (Conani) u otra institución de la provincia que trabaja con niños en su situación.

 Situación bajo control.  En la provincia Independencia, específicamente en su municipio cabecera, Jimaní, las medidas preventivas del cólera son un tanto  estrictas, debido a que la relativa  proximidad con la capital haitiana determina un constante frecuente entre dominicanos y haitianos.

El Ministerio de Salud Pública, como en todas las zonas fronteriza, es la autoridad principal, las demás instituciones están subordinadas a esa entidad que dirige las políticas sanitarias en todo el terrritorio nacional.

Desde que se habló del cólera se activó la Comisión de Crisis Local, que junto a otras instituciones despliegan una campaña de prevención y vigilancia en toda la provincia, principalmente en el municipio cabecera.

En Malpaso, lugar donde empieza la frontera haitiana, los neumáticos de todos los vehículos que ingresan a territorio dominicano son fumigados  con agua y cloro al 2%, además de que sus conductores tienen que cruzar los vehículos por una plataforma de colcha espuma humedecida con los mismos ingredientes.

 Mercado.  El jueves, el mercado binacional, al que concurren unas 15,000 personas,  funcionó sin inconvenientes, como todos los lunes y jueves.

Hubo  compra de mercancías por parte de los haitianos, pero se impidió la entrada a Dominicana de alimentos, bebidas, ropas y materiales.

Jesús Cuevas, subdirector de Migración destacado en Jimaní, dijo que solo se permite el paso de personas con sus documentos al día. En tanto que Héctor Terrero, administrador de Aduanas, dijo que las recaudaciones han bajado entre un 30 y un 40%, no solo desde que se conoció del cólera en Haití, sino a partir del terremoto.

El Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront) mantiene una estricta vigilancia en la puerta que da acceso a Haití.

Más de 85 hombres se encargan de la seguridad  y hasta ahora no se han presentado casos de violencia por parte de los haitianos que se mantienen a la espera.

Zoom

Calmados

Desde el jueves hasta ayer tarde, todo había transcurrido normal en la frontera y hasta ahora no se han presentado casos de violencia por parte de los haitianos que se mantienen a la espera  y acatando las medidas adoptadas por las autoridades nacionales.

Vigilancia

El Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), que ahora tiene un nuevo director, el general Santo Domingo Guerrero Clase,  mantiene una estricta vigilancia en la puerta que da acceso a Haití. Son 85 hombres los que  se encargan de la seguridad