Autoridades México declaran guerra a ladrones combustible

Autoridades México declaran guerra a ladrones combustible

El robo de combustible ha puesto en pie de guerra a varios estados del centro de México, con violentos enfrentamientos entre las autoridades y bandas organizadas y miles de familias que viven de esta práctica ilegal, que esta semana dejaron una decena de muertos.
Puebla es el epicentro de este fenómeno conocido como «Huachicol», en torno al cual se ha creado una cultura con su propio «niño Dios» –con bidón y manguera en mano– y música al estilo de los narcocorridos.
Este tipo de hurtos, también cometidos por algunos grupos relacionados con los cárteles de la droga y que causan a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) unos 2,000 millones de dólares en pérdidas anuales, son comunes desde hace años.
Pero la subida del precio de la gasolina impulsada por el gobierno mexicano a principios de 2017, el llamado «gasolinazo» que desató virulentas manifestaciones, incrementó las tomas clandestinas.
Un litro de carburante en las estaciones de servicio ronda los 17,50 pesos (algo menos de un dólar), mientras que en el mercado negro cuesta entre cinco y nueve pesos.
El despliegue de soldados en los últimos tiempos en la zona –donde son constantes los asesinatos entre grupos locales– hizo caer los robos y disparó la tensión de los delincuentes, que quieren a las autoridades fuera de su territorio para seguir operando.
Diez personas, entre ellas cuatro soldados, fallecieron la noche del miércoles en el municipio de Palmar de Bravo en una serie de choques armados entre delincuentes y el Ejército.
El presidente Enrique Peña Nieto ha prometido combatir esta práctica ilegal a través de «una estrategia integral», que ha encargado a las secretarías de Defensa Nacional, Marina y Hacienda.

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