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AP. Autoridades dominicanas antinarcóticos subastaron el jueves varios vehículos de lujo decomisados al narcotraficante puertorriqueño José David Figueroa Agosto.
En la subasta organizada por el Comité contra el Lavado de Activos fueron ofrecidos 31 bienes incautados a varios narcotraficantes, los cuales tienen en conjunto un valor estimado de 112,4 millones de pesos (unos 2,6 millones de dólares).
Los asistentes a la subasta sólo adquirieron nueve automóviles, de los 11 que estaban en subasta, y un apartamento, que representaron una recaudación total de poco más de 17 millones de pesos (unos 400.000 dólares).
Fidias Aristy, presidente del Comité, aseguró que las autoridades investigaron a los participantes en la subasta para garantizar que los bienes no fuesen adquiridos por testaferros o personas vinculadas a los narcotraficantes, que están presos e incluso algunos fueron extraditados a Estados Unidos.
Entre los activos que habían sido decomisados a Figueroa Agosto, con un valor total de 1,1 millón de dólares, se encontraban un reloj valorado en 41.580 dólares, dos departamentos ubicados en una lujosa torre de Santo Domingo y 10 vehículos, entre ellos un Mercedes Benz, un Ferrari, un Porsche y varios BMW.
El Comité ya había intentado de manera infructuosa vender en mayo pasado los bienes que pertenecieron a Figueroa Agosto y a otros narcotraficantes, pero a aquella subasta sólo asistieron dos personas que no se interesaron por ninguna de las propiedades del capo puertorriqueño.
Además, en una subasta previa realizada en 2012, fueron vendidos por unos 600.000 dólares 27 relojes de lujo incautados al capo.
El narcotraficante puertorriqueño, a quien las autoridades estadounidenses llamaban el “Pablo Escobar del Caribe”, fue arrestado en Puerto Rico a mediados del 2010 y trasladado a una cárcel de Nueva York acusado de haber traficado unas 8,5 toneladas de cocaína desde República Dominicana entre 1994 y 2008.
Figueroa Agosto residió con varias identidades falsas en República Dominicana desde 1999, luego de fugarse de una cárcel puertorriqueña donde estaba condenado a 206 años de prisión.
