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En el mundo del automóvil Carlos Ghosn es considerado el dirigente que logró lo imposible: sacar a Nissan de la quiebra y lograr que sea uno de los constructores más rentables al mundo. En 1999 la japonesa Nissan se estaba hundiendo, la crisis financiera de la compañía había llegado a niveles insostenibles y la producción de autos se había reducido en más de un millón de unidades anuales para intentar de evitar el colapso definitivo. Ya el reducir costes no era suficiente para sacar a la marca del problema en que se encontraba.
La empresa necesitaba un cambio urgente, una nueva filosofía, una ayuda que le permitiera frenar su continua caída.
El salvavidas vino por parte de la marca francesa Renault, que tramite una alianza con intercambio de acciones, 40% de Nissan pasó a Renault y 20% de este último a Nissan, llevó al frente de Nissan nuevos directivos y un presidente, Carlos Ghosn, que ya se había destacado como uno de los más importante ejecutivos de la marca francesa.
Rescate
De inmediato Ghosn hizo profundos cambios en las operaciones de la marca japonesa, imponiendo como prioridad inmediata reformar la gama de modelos que ofrecían. Además de presentar un ambicioso plan de rescate económico llamado 180, donde se ponía con meta los números verdes y que se concluiría en el 2005.
Meta superada
El plan rescate superó abundantemente las expectativas de Ghosn, sea en tiempo que en resultados. Las deudas de Nissan quedaron en cero, las ventas se incrementaron y pasaron de los 2.6 millones de unidades en el 2001 a los 3.6 millones en 2005 y el margen operacional de la empresa se elevó a un máximo histórico, -9.2% este año solo superado entre los fabricantes de automóviles por Porsche y BMW-. Asimismo, la marca Nissan recuperó su valor, pasando de poco más de 12.000 millones de dólares en 1999, a los 79 mil 800 millones de dólares en la actualidad. Un resultado que eleva la marca al puesto numero 29 entre las grandes empresas a nivel mundial. Con su plan, Ghosn había logrado su meta: reducir las deudas, bajar los costos y restaurar la rentabilidad de la empresa.
Nueva Filosofía
Este proyecto trajo consigo también el surgimiento de nuevos modelos el 350 Z, el Murano, el Xtrail, sumándose ahora el novedoso Tiida.
Ya los resultados financieros estaban logrados, ahora Nissan necesitaba algo más, algo que cambiara su filosofía, algo que integrara en una sola mentalidad todo su potencial, algo Shift, una alusión al comando de la computadora que al ser apretado cambia todas las funciones de las demás teclas. Con el «Shift Nissan quiere transmitir ahora que todo lo que toca lo cambia y todo lo que cambia lo mejora.
Para presentar su nueva filosofía Shift, además del nuevo Nissan Tiida, la marca reunió en Miami un nutrido grupo de periodistas a los que nos transmitió su criterio de interpretación Shift : una lógica que completa el plan rescate 180°, en el cierre perfecto del circulo que interpretará la nueva forma de construir, proyectar y vender automóviles Nissan, Algo Shift, una nueva ideología de interpretar movimiento.
Algo más
Según el francés Gilles Normand, vicepresidente de Nissan para Latinoamérica, África y Asia, el plan rescate había cumplido con su misión, ahora se necesitaba más. Algo que debiera alegrar la vida de todos. De los empleados y colaboradores Nissan en construir y vender autos que los hicieran sentir orgullosos, y para los usuarios por haber adquirido un producto que lo hiciera sentir bien. Un producto bello en su línea y emocionante en su manejo.
Metas Futuras y resultados
En Miami también se habló de metas y resultados. Para 2008 Nissan quiere alcanzar una venta de 4.2 millones de unidades en todo el mundo, y para lograrlo la compañía presentará desde el próximo año 70 nuevos modelos. Entre los cuales se encuentra el superventas Sentra 2007.
En Latinoamérica y el Caribe las ventas de Nissan pasaron de 37.000 unidades en 2001 a 86.000 unidades el pasado año. Este año la compañía se ha trazado la meta de colocar 90.000 unidades en el mercado latinoamericano.
También se dio a conocer que desde su fundación, Nissan alcanzó en junio la cifra de 100 millones de unidades producidas mundialmente.
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Renault 100 años después
El primer Gran Premio para autos F1 de la historia se organizó un 26 de junio de 1906 en la ciudad francesa de Le Mans: el Gran Premio de Francia auspiciado por el Automobile Club de France.
El GP se disputó en un circuito triangular de 103.18 Km., en los alrededores del casco urbano de Le Mans. Las carreras de entonces poco tenían que ver con las actuales. La duración del Gran Prix no eran de dos horas, sino que duraban dos días enteros, cada carrera era a seis vueltas del circuito por día. El recorrido sumaba a 1.240 Km., todo un desafío de fiabilidad mecánica.
En el tercer puesto de aquella parrilla de salida estaba Ferenz Szisz de 32 años, al volante de un Renault Type AK. En los primeros años del siglo XX las competencias se desarrollaban entre ciudades en polvorientas carreteras. Dichas competiciones cesaron en 1903, a raíz de los trágicos eventos de la carrera Paris-Madrid, donde falleció Marcel Renault, hermano de Louis, y otros diez pilotos más. La muerte del hermano marcó a Louis Renault que decidió no pilotar más. Así, en 1905, cuando la marca Renault volvió a las competiciones, Ferenz Szisz fue el primer piloto de la firma francesa.
El Renault Type AK tenía un peso máximo de 1.000 Kg. El motor era de 13 litros y 105 caballos. El bajo peso del vehículo permitió al productor de neumáticos Michelin introducir una innovación de último momento que resultaría decisiva en la carrera. Szisz se llevó el triunfo a pesar de cambiar neumáticos cada dos giros, pero en forma expedita (apenas 2 minutos) gracias a que introdujo la rueda desmontable con 8 tuercas de sujeción.
Más de 180.000 personas se dieron cita en el histórico evento. Los autos hacían su salida a intervalos de 90 segundos. En la vuelta 3, el Renault de Szisz había conseguido ya una ventaja decisiva. El piloto logró mantenerse en el primer lugar en ambos días para ganar el primer Grand-Prix de la historia con un tiempo combinado de 12 horas 14 minutos y 7 segundos, a una velocidad promedio de 101,20 km/h. En segunda posición terminaba el FIAT de Felipe Nazzaro, después de librar una emocionante lucha con el Clément-Brasier de Albert Clément terminado tercero.
Cien años más tarde, el Renault R26 lidera el Campeonato Mundial de F1. Un armonioso conjunto que ha sabido combinar perfectamente velocidad y consistencia. En segundo lugar, el orgullo de la industria automovilística italiana, antes Fiat, hoy Ferrari.
