Carrocería y chasis de aluminio, motor central y tracción total permanente son los tres argumentos de un nuevo deportivo que entra con fuerza en el exclusivo club de esos automóviles excepcionales que poseen una serie de cualidades y argumentos que seguramente crearán envidia y ronchas.

Diseñado pensando en su conductor, se podría decir que es un confortable monoplaza de dos asientos. En el Salón de Frankfurt del año 2003, Audi presentó un atractivo auto concepto denominado “Le Mans Quattro”, que hoy se ha convertido en el deportivo R8. Del modelo original respeta la arquitectura con motor central y tracción permanente a las cuatro ruedas, así como la carrocería de aluminio; o sea , casi todo.

Cambia el nombre que, la verdad, era mucho más atractivo que el definitivo, y aunque el año pasado Audi ganara las 24 horas de Le Mans con un Sport Prototipo impulsado por un motor diesel, el R8 definitivo cuenta con un bloque V8 de 4.2 litros e inyección directa de gasolina. La posibilidad de que en el mercado exista un deportivo de elite que funcione con gasoil, de momento se queda en el bolsillo de los técnicos y responsables de Audi y en la fantasía de los enamorados del automóvil que siempre estamos esperando que se abran puertas nuevas.

Tendremos aún que esperar para ver a un diesel revolucionando el concepto de GT Sport en las carreteras, pero llegará, igual que llegó en los circuitos de la mano primero de BMW (ya en 1998, un BMW 320 turbodiesel dominó las 24 Horas de Nürburgring) y luego de Audi que hizo lo suyo en la carrera de duración más famosa del mundo. Mientras tanto el R8 añade su nombre a la lista exclusiva lista de súper deportivos europeos (los americanos, aunque llenos de encanto, son otra cosa y los japoneses han muerto), junto a Ferrari, Lamborghini, Maserati, Aston Martin y Porsche.

Ahora, en este privilegiado conjunto: ¿en qué lugar situamos al R8? Pues para nosotros, su sitio está muy claro: entre el Ferrari F430 y el Porsche Carrera 4. El R8 no tiene la potencia del F430, pero comparte con él la arquitectura perfecta para un verdadero deportivo y el chasis de aluminio, mientras que le supera en tracción; respecto a al Porsche, es más potente del 911, comparte tracción en las cuatro ruedas y les supera en arquitectura, chasis y dinamismo, además que se maneja de maravilla para un uso ciudadano.

RADIOGRAFÍA DEPORTIVA

 El R8 es el primer deportivo de Audi que coloca su motor en posición central, detrás del habitáculo y por delante del eje trasero, consiguiendo con ello un perfecto reparto de pesos entre los ejes y un centro de gravedad casi colocado en el cruce de las diagonales entre sus ruedas. Su carrocería de aluminio hecha a mano, pesa únicamente 462 libras y a su ligereza une una gran robustez. Su suspensión tiene una arquitectura de dobles brazos en todas las ruedas y amortiguadores magneto-hidráulicos activos regulables. Su motor es un V8 también totalmente construido en aluminio, con doble árbol de levas movido por cadena en cada bancada, distribución variable VVT, cárter seco, inyección directa de gasolina, 4,2 litros de capacidad, alta compresión (12,5:1), 420 CV de potencia a 7.800 revoluciones y un torque máximo de 430 Nm a 5.500 rpm, este último con una extraordinaria entrega de torque que alcanza los 300 Nm ya a 1.400 revoluciones.

TRADICIÓN E INNOVACIÓN

 La imagen exterior del R8 recuerda ligeramente a la de un TT en sus formas redondeadas generales, pero es completamente diferente en todo. La parrilla es 100% Audi, pero a los lados de ésta encontramos dos grupos ópticos con LED´s integrales, muy finos y que hacen de montantes superiores de unas enormes y agresivas tomas de aire. En los laterales se halan también sendas tomas de aire para el motor, realizadas con una pieza especial que separa el plano de la puerta respecto a la del paso de rueda trasero. El conjunto es estético y funcional y hace parte de las características de imagen del nuevo R8. En lo que a su trasera se refiere, además del alerón retráctil, encontramos una repetición del agresivo diseño de los faros, pilotos en horizontal alargados, y unas grandes salidas (en este caso) de aire con rejillas negras. La gran luneta trasera casi plana nos deja ver el motor y los acabados del mismo se han realizado en una atractiva fibra de carbono. El conjunto es discreto en sus formas deportivas y aerodinámicas, pero llamativo y agresivo en sus detalles.

Sin duda un auto que estará destinado a crear un nuevo tipo de afición. Los que a un auto deportivo les pide elevadas prestaciones y una manejabilidad para el uso diario en cualquier situación de transito.