En ocasión de celebrarse el pasado 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, es preciso e importante resaltar que en la medida que la mujer avanza en el ejercicio de sus derechos y deberes en la sociedad, en esa misma medida avanza, se desarrolla y mejora la sociedad, la humanidad. Y no puede ser de otra forma, pues la mujer es más de la mitad de la humanidad y madre de la otra parte, es decir de los hombres. En muchas sociedades, las mujeres son mayoría, incluyendo en la nuestra.
Es cierto que hemos avanzado mucho, lo cual se demuestra en la autovaloración positiva que hacemos de nosotras mismas, de nuestros anhelos y aspiraciones profesionales, laborales, familiares, sociales, económicos, políticos y como ser humano y social.
Justo por eso, se observa en la sociedad que ya actuamos con libre albedrio al momento de tomar decisiones importantes en el ámbito personal, académico, profesional, familiar, laboral, social, económico, político, sentimental y de otras índoles. Es el mejor ejemplo de cómo vamos.
Ese libre albedrio es lo que preocupa grandemente al hombre que no ha podido superar su formación cultural machista, de seguir creyendo que la mujer es un objeto que le pertenece, y que tiene derecho a maltratarla y/o agredirla psicológica, verbal o físicamente cuando no corresponde a sus peticiones, especialmente, sentimentales, llegando al extremo de asesinarla físicamente, (de ahí la ola de feminicidios), muchas veces en presencia de sus hijos. También, muchas veces, asesinando a los niños y niñas procreados y asesinándose el, convirtiéndose así, en una verdadera tragedia humana y social.
Por esa razón, soy partidaria de que los Ministerios de Educación, Cultura, de la Mujer, Juventud y otros organismos se aboque a desarrollar un plan de educación cívica a todos los niveles para lograr la erradicación de la cultura machista. Dicha plan debe iniciarse en el seno del hogar, en la comunidad, escuela, espacios públicos y en instituciones públicas y privadas.
La sociedad está abocada a seguir avanzando. Para lograrlo es imprescindible que la mujer siga trillando el camino del éxito. Se necesita dejar atrás el estado de violencia contra ella. La mujer necesita continuar luchando, abriéndose camino hacia su desarrollo personal, profesional, social, económico y político, por eso requiere eliminar y que se eliminen todas las barreras y limitaciones que le impiden continuar avanzado en la vida.
Dentro de las limitaciones que más le impiden y limitan su pleno desarrollo se encuentran a) la pobreza, que la mujer lleva a cuesta por la responsabilidad familiar que aún tiene a su cargo, a pesar de estar y haberse preparado y ser un ente productivo ocupando distintos puestos en la sociedad y en instituciones privadas,2)La cultura machista de considerar que la mujer aún no puede ocupar puestos de primeras línea en la sociedad, como la presidencia de la Republica, presidencias de instituciones, organizaciones de gran importancia en la sociedad, muy a pesar de su alta preparación y experiencia demostrada. Por eso no es casual que veamos en la galería de los pasados presidentes de la Republica sin una sola mujer, y también las galerías de instituciones y organizaciones sin ninguna mujer o una o dos mujeres y una retahíla de hombres.
A pesar de todo el avance, la mujer continua en desventaja en la familia, aún está a su cargo y trabaja en la calle, en lo laboral, esta muchas mejor preparadas y no la toman en cuenta para los principales cargos puestos de mandos políticos, (presidenta de los partidos principales de la sociedad), en lo económico, todavía en muchos lugares nos pagan menos. Muchos hombres y pocas mujeres en las alcaldías, congreso, funcionarias de alto nivel público y privada, entre otras.
Una sociedad en donde las mujeres no avanzan, es una sociedad atrasada, anquilosada que tampoco ofrece esperanza para sus habitantes, sus ciudadanos/as. En la medida que avanza la mujer avanza la humanidad, por eso sigamos avanzando.