La DGII esta cobrando lo que le deben. Pagan asalariados y ricos, son muchas las evidencias en ese sentido. Lo que ha contribuido a fijar el criterio de que pagar impuestos no es una excepción, que se le venció el tiempo a la actividad bajo cuerda, lo que es buena noticia. Reduce la economía sumergida. Debe admitirse que no es un trabajo fácil, se ejecuta con normativas apoyadas en una estructura tributaria obsoleta por múltiples parches y debido al tiempo en vigencia, veintiocho años.
Han sido fundamentales el desarrollo institucional y los controles de la Agencia Tributaria, las estadísticas dicen que se tradujeron en mayor cobro de impuestos, acumulado a octubre totalizaron RD$361,302.9 millones, un 11.9% más que en enero-octubre 2017, con un cumplimiento de 100.5% con relación a lo estimado, proyectándose que rebasará la meta de 2018 de RD$426,500 millones.
Las novedades y soluciones técnicas orientadas en la dirección correcta, con componentes de transparencia y rendición de cuentas, además de contribuir con la mayor recaudación, deberán acelerar el cambio de estructura de los ingresos tributarios, que a octubre los indirectos, aplicados al consumo, que por lo general se consideran regresivos sus efectos sobre la distribución del ingreso, recaudaron 53.7%, y 46.3% los directos (ingresos y patrimonio).
Aunque se sabe que cambiar esa estructura, para que compare con la media de los 27 estados de la OCDE, donde los impuestos son mucho más progresivos, los aplicados al consumo recaudan menos de un tercio del total y dos tercios los impuestos directos, tomará tiempo. Estoy seguro, no obstante, que es un objetivo de la Agencia Tributaria, sabiendo que considerable es la distancia que nos separa y el trabajo por delante, los impuestos directos en República Dominicana recaudan solo 5% del PIB, mientras que en la OCDE sobre 11% del PIB.
Y que para alcanzar la meta en el largo plazo debe aumentar la progresividad del sistema tributario y reducir las exenciones para ampliar las bases. El FMI plantea racionalizar los subsidios generalizados que se otorgan para disminuir el monto, en términos absolutos por igual benefician a pobres y a ricos.
Mientras el poder político se decide por la reforma fiscal integral postergada, deben realizarse y publicarse análisis de costo-beneficio a los proyectos con exoneración para clasificarlos según el aporte neto anual a la sociedad. Porque es mucho el dinero que esta sobre la mesa, en 2019 las exenciones ocasionaran una merma en la recaudación de 5.1% del PIB, el monto de RD$220,867.8 millones. Del total, 72% por impuestos indirectos, la suma de RD$158,939.2 millones, y 28% impuestos directos, el monto de RD$61,928.6 millones.
Finalmente, como se prevé baja en los ingresos fiscales provenientes de los hidrocarburos por caída de los precios internacionales del petróleo, será necesario movilizar otras fuentes para alcanzar la recaudación de RD$476,879 millones de impuestos, la meta del próximo año. En ese contexto cobran mayor relevancia los proyectos anunciados por Magín Díaz, me refiero al control tributario sobre la comercialización de alcohol y cigarrillos, relanzamiento de la factura electrónica y al régimen (único) simplificado de tributación. Agrego yo, que en 2019 se aplicarán en un escenario de aceleración económica pronosticado por nuestro Banco Central y el FMI.