Según Google, John Fitzgerald Kennedy, extinto presidente de los Estados Unidos, fue “Un político y diplomático estadounidense que se desempeñó como trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos por un periodo de dos años (20 de enero, 1961 – 22 de noviembre, 1963). Casado con la conocida diva, Jackeline Kennedy Onassis, desempeñó elevados cargos públicos como representante de su partido en el Senado (1947 – 1953), senador del Estado de Massachusetts, siendo electo Presidente de los Estados Unidos por solo dos años: Enero 20, 1961 – Noviembre 22 -1963 cuando fue víctima de un alevoso crimen que le segó le vida cuando, en compañía de su querida esposa del Gobernador recorría las calles de la ciudad de Dallas, Texas en un vehículo Chevrolet totalmente descapotado que le permitía saludar con beneplácito a la enorme multitud que ansiosa le esperaba y le aplaudía con entusiasmo cuando de repente aparece un franco tirador que apostado en lo alto de un edificio de esa calle al pasar frente a él, apretó dos veces el gatillo de su fusil yendo sus disparos a dar en la cabeza del presidente Kennedy, cayendo su cuerpo inerte, ya sin vida, caer en los brazos de su amada esposa que desconsolada lo cubrió con su cuerpo no pudiendo contener sus gritos derramados y su llanto.
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Aquel alevoso crimen del presidente Kennedy pasó a la historia. Se convirtió en noticia de primera plana de periódicos, emisoras radiales y televisivas y multitudes de diversos países, dando lugar a que surgieran diversas teorías e hipótesis tratando de explicar la posible causa del horrendo crimen sin que a la fecha se haya podido esclarecer siendo considerada como “una conspiración en la que intervendrían múltiples organizaciones citando a la Agencia Central de inteligencia (CIA), la Oficina Federal de investigación (FBI), la Mafia. Vaya usted a saber y pare de contar.
Lo que es, al menos para mí, más difícil de entender y debo resaltar es ¿por qué en nuestro país existe una avenida céntrica con el nombre de JOHN F. KENNEDY? De mi parte ignoro, primero, si en algún otro país de Latinoamérica, Centroamérica o Europa, por citar los más cercanos, hay alguna avenida, calle o plaza bautizada con dicho nombre; segundo, por qué siendo ese crimen totalmente ajeno a nuestra nación y no teniendo deuda alguna de gratitud con John F. Kennedy, durante su mandato todo lo contrario, para que sea honrada su memoria con esta avenida, siendo horrenda su gestión presidencial, sin merito alguno que lo acredite o enaltezca. Todo lo contrario.
Lo que me hacen recordar aquella afrenta del presidente Joaquín Balaguer cuando anhelando ser investido en el Panteón de la Patria, se le ocurrió proponer como candidato al inefable Pedro Santana, maquinando en su adentro: “Si este entra ¡Seguro que entro yo!