Avenidas que responden a un plan urbanístico

Avenidas que responden a un plan urbanístico

Al dejar concluida la avenida 27 de Febrero en el periodo 1986-1990, el ex presidente Joaquín Balaguer preguntó a sus ingenieros asesores cuáles otras vías requerían atención y estos comentaron que el llamado puente de la bicicleta (Matías Ramón Mella) empalmaba la ciudad por la parte sur, que tenían la alternativa de construir un túnel o un puente que uniera aquella zona con el gran Santo Domingo.
“Pero a él no le gustaba el puente, decía que opacaría el paisaje de la ciudad colonial, que iba a ser una estructura demasiado imponente, prefería un túnel”, relata el arquitecto Rafael Tomás Hernández, quien tuvo a su cargo la supervisión de los trabajos de la Prolongación México.
Agrega que se le planteó además construir la hoy avenida John F. Kennedy “para ir hacia la “Padre Castellanos”. La construyó Ramón Pérez Martínez, nosotros aportamos la idea. La llamamos Quinto Centenario”.
A esta, relata, le siguió la prolongación de la avenida México, que buscaba el puente Matías Ramón Mella y empalmaba con la avenida España. “Los tres grandes puentes (Duarte, Mella y Francisco del Rosario Sánchez) quedaban enlazados”.
La extensión de esta avenida estuvo a cargo de los ingenieros Guillermo Díaz y Rafael Bello, con una inversión en pesos de 21 millones 509 mil 876. Fueron supervisados por la Secretaría de Obras Publicas e ingenieros de la presidencia. Díaz y Bello, según Hernández, “se encargaron del trazado y la renovación urbana. La construcción “no solo hizo de San Carlos y de Villa Francisca dos barrios nuevos y modernos sino también el levantamiento de imponentes edificios que alojaron a los residentes y comerciantes desplazados por la construcción de la vía”, según Díaz.
Se erigieron alrededor de mil 300 apartamentos de diferentes características y costos “para satisfacer la demanda de diferentes núcleos”.
“La participación mía fue de orientación”, señala el ingeniero-arquitecto Rafael Tomás, quien desde 1956 laboró en el Palacio Nacional como ayudante del Ingeniero Asesor Humberto Ruiz Castillo.
“La prolongación arrancó en la 30 de Marzo, para hacer oficinas gubernamentales y la plaza Benito Juárez que se extiende hasta la Pedro Henríquez Ureña. Las primeras están situadas entre la “Doctor Delgado” y la “30 de Marzo”, incluyendo la Biblioteca República Dominicana”.
Las antiguas casas de esa vía eran hasta entonces “las típicas del sector: de una o dos plantas, bastante antiguas. Donde hoy está el estacionamiento del Palacio existían las edificaciones de tres ministerios: Salud y Previsión Social, Agricultura e Interior y Policía, construidos por Henry Gazon. Los destruyeron en años recientes”.
Hernández habla entusiasmado de la avenida México, su historia e importancia urbanística, la belleza, los antiguos moradores, los problemas que resolvió su erección.
“En 1954 la “Roberto Pastoriza” era la México, era un potrero, su nombre era Prolongación Avenida México. La desvió la construcción de la avenida 27 de Febrero”.
Significa que la Prolongación de la México que nace en la “Doctor Delgado” y pasa por Villa Francisca, San Carlos y Borojol “fue un implante de mejoramiento del tránsito y de renovación urbana”.
“Los edificios tienen cinco pisos: el primero comercial, el segundo para oficinas y tercero y cuarto para viviendas en las que se realojaron los antiguos desalojados de la zona. El requerimiento principal fue la ampliación de la vía, siempre buscando la línea del puente para conectar la parte Este con el parque o núcleo central, el Gran Santo Domingo”, manifiesta
Cuenta que esta extensión resolvió principalmente “la mejoría del tránsito Este-Oeste de la ciudad”.
La vía, dice, “está debajo del farallón. Donde hoy está la universidad UNIBE eran terrenos que estaban previstos como una reserva verde, para construir un gran parque. El entorno era privilegiado, vivían los Peña Batlle, Julia Molina viuda Trujillo, los D’Alessandro, estaba el Palacio Nacional; Negro Trujillo usaba la México para ir a su finca de la Isabel Aguiar”.
La prolongación “hizo además eficiente el uso del puente Matías Ramón Mella, que se duplicó, se hizo otro, ambos útiles en su ancho y en su capacidad de vehículo”. También, añade, “se dio valor a la avenida España, sin descartar que la ciudad demanda el empalme de la avenida George Washington con esa vía para tener el litoral más amplio, que en su largo y extensión sería algo impresionante”.
Para don Rafael Tomás, “todo se ha transformado en la Prolongación México, con las torres residenciales. El Camino de la Esperilla que se menciona, “era de chivos y vacas, lo ubico como saliendo desde el parque Independencia, pasaba la Julio Verne y buscaba orientación hacia la Mansión Presidencial. Era un trillo, pero históricamente famoso”.
Injusticia. Terminados los trabajos de la Prolongación México, Balaguer confesó a Rafael Tomás Hernández: “Hemos cometido una injusticia, una gran falta histórica con Félix María Ruiz, eso hay que resolverlo”. Porque la modernidad arrasó la calle que recordaba al insigne trinitario.
“A Balaguer le dolió. Me parece que fue injusto, si no se ha reparado, mi deseo es que se designe una vía con el nombre de Félix María Ruiz”. Hay una pequeña calle en honor al prócer en Santo Domingo Este.

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