Aversión al riesgo se apodera de mercados

Aversión al riesgo se apodera de mercados

De los Servicios de Hoy. Los inversores en Wall Street parecen estar dominados en estos momentos por una aversión al riesgo. Por eso han preferido limitar el peligro y hacer acopio de efectivo en lugar de derivar el dinero hacia los mercados, según recoge la encuesta de Bank of America Merrill Lynch.

La crisis de Grecia, el rally bajista de las bolsas chinas y la más que anticipada subida de los tipos de interés en EEUU han mantenido, entre los días 2 y 9 de julio, muy preocupados a los inversores. Los 191 gestores que fueron entrevistados por Bank of America Merrill Lynch durante el plazo citado, que gestionan en conjunto unos 510 millones de dólares, tenían estas cuestiones muy presentes y condicionaron sus decisiones.

En consecuencia, disminuyó su apetito por el riesgo y aumentaron los niveles de efectivo. Tanto, que la posición de liquidez en sus carteras ha repuntado hasta el 5,5%, su mayor nivel desde diciembre de 2008, poco después de la quiebra de Lehman Brothers y el colapso bancario estadounidense.

Aún así, los analistas de la entidad consideran que todo ese dinero en reserva es una señal importante de compra. «Cuando el nivel medio de efectivo se eleva por encima del 4,5%, se genera una señal de compra contraria para la renta variable, mientras que cuando cae por debajo de 3,5% se genera una señal de venta», apunta el jefe de estrategia de inversión del BofAML, Michael Hartnett, en declaraciones a Bloomberg.

Definición. La aversión al riesgo consiste en el desagrado por el riesgo de parte de los inversores. En el ámbito de las decisiones de inversión las preferencias de los inversores son un aspecto crucial a tener en cuenta. Es obvio que cada inversor tendrá sus propios gustos o preferencias, pero existen al menos dos rasgos que suelen caracterizar a todos los inversores.

Por un lado, está el comportamiento racional de todo inversor por el que se presupone que éste siempre preferirá más riqueza a menos. Por otro lado, es de general aceptación que los inversores son enemigos o aversos del riesgo, e intentan evitar en la medida de sus posibilidades el tener que asumirlo “gratuitamente”.

Ejemplo, ante oportunidades de inversión igualmente rentables, se preferirá la menos arriesgada. Un inversor riesgo-averso considerará inversiones arriesgadas sólo si éstas le proporcionan compensación por el riesgo asumido vía una prima de riesgo.

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