Aversión al sexo
Cuando el placer se convierte en dolor

Aversión al sexo <BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2006/06/50F64FC3-B741-41D7-99DD-F8D9B3DE166B.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=307><noscript><img
style=

A veces el placer sexual puede convertirse en dolor. Las relaciones íntimas no siempre son deseadas por todos e, incluso, pueden resultar muy angustiosas para algunas personas. Es el caso de la aversión al sexo y a cualquier acto que tenga ver con él, desde la masturbación a la penetración. Este trastorno puede darse tanto en el hombre como en la mujer, que lo padecen desde siempre como consecuencia de un pensamiento irracional o a partir de un determinado momento de su vida en el que son sometidos a una situación de mayor estrés o tienen una mala experiencia íntima.

El resultado de esta fobia al sexo conlleva que la persona afectada decida permanecer virgen para siempre, en lugar de intentar superarlo, o que una pareja no llegue a consumar su unión. Como media, una persona tarda tres años en reconocer lo que le ocurre y acudir a un especialista.

La aversión al sexo no entiende de edad. Puede afectar tanto a adolescentes como a adultos, a los que les avergüenza reconocer su problema, basado en una resistencia feroz a mantener relaciones sexuales. En este caso, el miedo puede estar relacionado tanto con la penetración como con el más mínimo contacto genital, puesto que hay diferentes grados y diferentes causas.

El origen de este trastorno puede ser primario o secundario, lo que significa que quien lo padece ha tenido desde siempre aversión al sexo o que éste ha surgido en un momento determinado por algún problema personal o de pareja, una situación de estrés o abuso sexual, o un problema hormonal.

Se trata de pensamientos que la persona desarrolla o adopta en un momento determinado de su vida y que pueden suponer que alguien, por ejemplo, asocie la noche con algo malo, con lo que no necesariamente todo el mundo lo asocia”. Además, al tratarse de una fobia, su origen puede estar relacionado con cualquier aspecto que forma parte de las relaciones sexuales, cualquier punto concreto del proceso de la relación sexual, desde la aversión a aspectos visuales, olfativos o de texturas, casi siempre relacionados con pensamientos o ideas irracionales. El rasgo esencial es un temor desmedido e irracional a las experiencias sexuales y un deseo desmedido a evitarlas. 

Son precisamente estos pensamientos los que determinan los síntomas de la aversión, que pueden provocar en el paciente depresión, ansiedad o crisis de pánico en el momento de enfrentarse a una situación relacionada con el sexo u otra que también le asuste.

Fuente: Consumer .es

Publicaciones Relacionadas

Más leídas