BOGOTA , AFP – Dos gavilanes, dos halcones y un águila blanca vigilan el aeropuerto de la ciudad de Pereira (centro-este), que a menudo prende sus alarmas por la presencia de aves que ponen en aprietos a los pilotos de las aeronaves, dijeron  portavoces aeronáuticos.

“Es intimidación natural. Aquí no estamos cazando, no estamos haciendo nada distinto a establecer la presencia del depredador”, explicó Alex Ospina, cetrero (entrenador) de los depredadores.

Las cinco aves rapaces, importadas de Perú, sobrevuelan durante el día el terminal aéreo para alejar a unas 54 especies de aves que habitan un radio aproximado de 13 kilómetros alrededor de la pista. “La verdad es que cuando una aeronave choca con un ave es como si chocara con un proyectil”, dijo un portavoz del aeropuerto Matecaña.

Ospina agregó que los depredadores causan en golondrinas, alcaravanes y garzas, entre otras especies, un efecto “espantapájaro” que los aterroriza y obliga a alejarse del entorno.