Con 35 años de carrera en las artes plásticas, el pintor dominicano Elvis Avilés ha arribado a la que sería su exposición individual número 26.

Esta es, sin duda, una “retrospectiva” visual que describe su paso por una infinidad de lienzos, o como el prefiere llamarle “una exposición antológica” que pone en evidencia su crecimiento y evolución como pintor, y la cual se estará exponiendo hoy a las 7:00 de la tarde en el Palacio de Bellas Artes.

El llamado “Precoz del arte” (por empezar a muy tierna edad con sus exposiciones y trabajos), confiesa que no fue fácil reunir todas estas obras para la exposición, ya que muchas estaban en manos de coleccionistas y algunas datan de la década de los 70 y 80, época en la que se inició con los pinceles en la Escuela de Bellas Artes, tras haber incursionado en los talleres de los pintores Alberto Bass y Pedro Céspedes. Sin embargo, afirma que hizo “todo lo humanamente posible” para tener una muestra fiel de su trabajo que emigró desde el realismo y el fotorrealismo hasta el expresionismo y el movimiento abstracto.

“La línea del cuestionamiento”. Elvis Avilés es de aquéllos que considera que un artista debe tener una “visión crítica de su entorno y del mundo”.

En ese sentido, recalca que sus temas siempre han sido “muy sociales” y muy críticos: “Siempre me he ido por esa línea del cuestionamiento, lo que tiene que ver con la ecología, lo económico, lo social lo político…”, expresa.

“No es que todo sea caos, pero el arte es sensibilidad y el artista, en estos tiempos, no creo que no lleve una carga social en sus obra”, aclara Avilés.

Considera que las artes “son la mejor vía para expresar ciertas denuncias”, que “puede ser a través de una canción, de una instalación de una fotografía, etc.. “, para él, “el arte es una visión comunicativa. Hay que comunicar, eso es lo mas importante”, concluye.

Es por ello que cree que las obras más importantes son aquéllas que comunican más, como “Guernica” de Pablo Picasso que emula la guerra civil española.

Más apoyo en las embajadas. El pintor, que tiene su taller en la histórica Ciudad Colonial, aboga porque los agregados culturales en las embajadas dominicanas alrededor del mundo realicen a conciencia su función difundiendo el arte dominicano: “Esta es una carrera difícil… lenta, porque hay que disponer de muchos recursos para exponer fuera y dar a conocer las artes. A veces los agregados culturales que tienen los gobiernos no hacen el trabajo que tienen que hacer”, explica.

“Hay que hacer muchos esfuerzos para tratar de proyectar su obra y pasar a hacer una marca país con el arte dominicano, algo que parece que no han entendido los agregados culturales, que para eso están: para dar a conocer las artes. No solamente de la pintura, sino también de otros renglones…”, expresa el artista plástico, que además ha incursionado en el género de la instalación artística y la escultura.

A pesar de los obstáculos presentes, Avilés ve con mucha esperanza el futuro de la plástica dominicana y pronostica que en unos diez años “será totalmente conocida en el mundo”.