GEORGETOWN, Guyana. AP. El vuelo 523 procedente de Nueva York había aterrizado recién ayer, y los pasajeros aplaudían al piloto, cuando de pronto algo salió mal.
El Boeing 737-800 se deslizó hacia fuera de la pista mojada, embistió una alambrada y se partió en dos, quedando a punto de caer en una cañada.
Sin embargo, los 163 ocupantes sobrevivieron. Las autoridades comenzaron a investigar la causa del percance, y no dejaron de maravillarse por el hecho de que nadie haya muerto. Debemos ser el país más afortunado y las personas más afortunadas del mundo por escapar con tan pocos daños, dijo el ministro de salud Leslie Ramsammy, quien añadió que más de 30 personas fueron llevadas al hospital.
Sólo tres de esas personas fueron internadas por alguna pierna fracturada, golpes y heridas.
El avión de Caribbean Airlines había despegado del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy el viernes por la noche y realizó una escala en Trinidad antes de aterrizar en Guyana.
La aerolínea informó que transportaba a 157 pasajeros y seis tripulantes.
Gaeta Ramsingh, de 41 años y residente en Filadelfia, recordó cómo los aplausos en el aterrizaje se convirtieron en gritos.
El avión aceleró, como si fuera a despegar de nuevo. Entonces olí el combustible en el interior y la gente comenzó a gritar, dijo Ramsingh.