BAGDAD (AFP).- Cuarenta iraquíes que celebraban una boda murieron en un ataque aéreo norteamericano este miércoles en el oeste de Irak, según televisiones árabes, mientras que un soldado estadounidense fue condenado a un año de prisión por una corte marcial en Bagdad por abusos infligidos a detenidos.

Los 40 iraquíes, entre ellos niños y mujeres, que celebraban una boda en un pueblo de la región de Al Qaem, en la frontera sirio-iraquí, murieron en un bombardeo aéreo estadounidense, según las televisiones satelitales qatarí Al Jazira y árabe Al Arabiya, así como testigos.

«Los participantes lanzaban tiros al aire. Dos helicópteros norteamericanos sobrevolaron las casas y dispararon», afirmó a la AFP Mortada Hamed, un testigo.

El ejército norteamericano comentó en un lacónico comunicado que se había realizado una operación militar contra un edificio sospechado de brindar alojamiento a combatientes extranjeros en esa región, sin informar sobre víctimas.

En Bagdad, el soldado estadounidense Jeremy Sivits, el primero que comparece ante un tribunal marcial norteamericano en Bagdad por el caso de los abusos contra prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, fue condenado a un año de cárcel, la pena máxima que se le podía imponer.

Sivits también fue condenado a ser expulsado del ejército por «mala conducta» una vez haya cumplido la pena de prisión. Soldado «especialista», según la terminología del ejército estadounidense, fue degradado a soldado raso hasta su partida del ejército.

Escuchó el veredicto en pie y permaneció impasible cuando el juez, el coronel James Pohl, leyó el fallo.

Al inicio de la audiencia, abierta a la prensa, el soldado se declaró culpable de haber maltratado y humillado a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.

Admitió que obligó a un prisionero a sumarse a una pila de presos amontonados en el suelo y que fotografió a otro carcelero, el cabo Charles Graner, simulando golpear a uno de esos hombres.

También reconoció su participación en un plan de humillación consistente en amontonar a los prisioneros en pirámide.

Antes del inicio del juicio, otros tres soldados también acusados en este caso se negaron a defenderse en la apertura de una serie de audiencias preliminares.

El único juez, el coronel James Pohl, convocó a los sargentos Javal Davis, de 26 años, e Ivan Frederick, de 37 años, así como al cabo Graner, de 35 años, para una nueva audiencia el 21 de junio.

En la ciudad santa chiíta de Kerbala, en el centro de Irak, siete iraquíes murieron y otros 14 resultaron heridos desde el martes por la noche en enfrentamientos entre milicianos radicales de Moqtada Sadr y fuerzas de la coalición, según una fuente médica.

Unas 400 personas participaron el miércoles en una manifestación en Kerbala convocada por un representante del gran ayatolá Alí Sistani, el dignatario religioso chiíta más prestigioso de Irak, contra la presencia de soldados de la coalición y de milicianos armados en la ciudad.

Pese al llamado del ayatolá Sistani de no manifestar en Najaf, unos 300 partidarios de Moqtada Sadr se manifestaron en esa ciudad santa, algunos armados. Por la noche, una serie de fuertes explosiones sacudió la ciudad, según un corresponsal de la AFP en el lugar.

Por otra parte, un civil británico de 33 años que trabajaba para una empresa de seguridad privada en Irak murió el martes por la noche víctima de disparos cuando circulaba en una ruta en el norte del país.

Un soldado estadounidense murió en un ataque al noreste de Bagdad y otros dos militares fallecieron accidentalmente, elevando a 788 el número de bajas norteamericanas en Irak desde el inicio de la guerra en marzo de 2003.

Por último, el asesinato del jefe del ejecutivo iraquí Ezedin Salim el lunes fue reivindicado por el brazo militar de Tawhid wal Jihad, el grupo de Abu Musab al Zarqaui, según los diarios árabes Asharq al Awsat y Al Hayat. Ya lo había reivindicado el desconocido Movimiento de la Resistencia Arabe.