!Ay mi Dios: escúchame!

!Ay mi Dios: escúchame!

Si Dios me diera la oportunidad, Si Dios me diera la fuerza, Si Dios me diera la energía, Si me siguiera fortaleciendo todos los días, mi optimismo y mi fe, Si me siguiera ayudando a convencer a la gente desde el corazón.

Si Dios me ayudara a no cansarme, a dejar la pereza que por momentos me azota, A continuar con la proactividad que una vez fue mi ley de vida, si Dios me mantuviera la rebeldía sin el miedo, el atrevimiento de hacer lo que creo justo y bueno aunque me cueste jugármela todas, si me mantuviera la salud para enfrentar de cuajo, lo que no se puede ni se debe aceptar.

¡Ay mi Dios!, si me dieras la paz diaria para darte gracias y pedirte ayuda, para hablar contigo como mi mejor amigo, tal y como soy, sin tapujos ni modismos, para convencerte de que intervengas de inmediato y desaparezcas la injusticia, pero sobre todo, para que hagas, tú Dios de los cielos y de la tierra, que los buenos gobiernen el mundo.

!Ay mi Dios!, impón las reglas y has como hiciste con el Papa Francisco, es demasiado significativo el regalo que nos hiciste con él.

Has traído esperanzas a nuestras vidas y el descanso de saber, que como tú, alguien habla e interviene en la tierra poniendo las cosas en el orden debido.

A pesar de que hemos faltado, sé que no eres un Dios justiciero como te quieren pintar, tal y como somos los seres humanos, aún más, los de tu ejército aquí en la tierra.

Concédenos la decisión y firmeza de rehabilitar el planeta que despiadadamente hemos destruido, comprometiendo la vida de los que vienen, así como también, de dejar atrás el interés desbordado por el dinero y por el poder

Danos la oportunidad de convertirnos en seres solidarios.
Ayúdanos a borrar toda esta inequidad, a devolver la sonrisa a los niños que nada tienen, a lograr que los que demasiado tienen compartan sus riquezas, con los que no tienen nada.

Perdona nuestras debilidades y danos un empujón para construir mejores patrias, donde los gobernantes sean hombres y mujeres de valores profundos, sin ataduras, sin estrategias malsanas y que nada más trabajen para el bien común.

Tú ayudaste a Uruguay y le diste a Pepe Mujica y todos te lo agradecemos.

Dejó el poder pobre como lo asumió y ahí sigue, sencillo, humilde y comprometido, dándonos ejemplo.
Qué referente tan importante tenemos!

Gracias también y sobre todo, por Gandhi y por Mandela.
Gracias por Bosch.

Ayúdanos Padre. Danos a los dominicanos y dominicanas una nueva oportunidad.
Te prometo que no te defraudaremos. Esta humilde servidora tuya se hace responsable. Cree en mi Señor. Te lo pido con humildad.

Parcialízate a favor de los hombres y mujeres de buena voluntad. No seas imparcial.
Atrévete y danos un chance. Ya verás. Ya verás.

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