Ayuda a los más pobres de barrio
vegano a resolver problema habitacional

Ayuda a los más pobres de barrio<BR>vegano a resolver problema habitacional

POR RICARDO RODRIGUEZ ROSA
LA VEGA.-
El padre Rogelio Cruz lleva un año como pastor en la parroquia “María Auxiliadora”, localizada en un paupérrimo barrio de aquí que lleva el mismo nombre, y el tiempo que ha convivido con las más de mil familias de allí, ha sido suficiente para que se adentre en los problemas y necesidades de sus moradores.

Aprovechando que hace 50 años llegaron los sacerdotes salesianos a predicar la palabra de Dios al ese humilde sector vegano, Rogelio se propuso motorizar la construcción o reparación de medio centenar de casitas donde mal viven igual cantidad de familias.

Se trata del proyecto “50 viviendas para devolver la dignidad a 50 familias”, idea que le propuso Rogelio al párroco Fernando Jacob, un sacerdote español que le ha permitido al popular padre dominicano dar riendas sueltas al proyecto, que ya comenzó a dar los frutos esperados.

Recordó Rogelio que hace unos meses le propuso a su superior inmediato hacer un relanzamiento de la parroquia “Santo Domingo Sabio” y que, para aprovechar el 50 aniversario de la llegada de los salesianos al barrio, se debía hacer algo desde el punto de vista social “y así devolverle algo a la gente, para que los residentes en el barrio aporten a la parroquia”.

Rápidamente se elaboraron los planos y una maqueta de cómo se construirían y repararían las casas, siempre utilizando productos pre fabricados, hasta ese momento desconocidos en el humilde sector María Auxiliadora.

El proyecto es trabajar en 50 casas, para lo cual se hizo un censo que determinó que ese barrio está integrado por alrededor de 1,400 familias. Sin embargo, cuando la gente supo del proyecto, comenzaron a llegarle a Rogelio solicitudes que sobrepasaron las 400, lo que motivó que el proyecto fuera rediseñado.

“Ahora todos desean que sus casas sean reconstruidas totalmente o que les ayudemos a repararlas, pero no podremos hacerlo porque la demanda sobrepasa los recursos económicos que tenemos previstos”, dijo.

Pero esos reclamos no han preocupado al popular sacerdote, pues continúa con el proyecto de construir las casas “de abajo hacia arriba”. Vale decir, que serán beneficiadas las 50 familias cuyas viviendas están en peores condiciones.

Para que la idea comenzara a cobrar forma, la parroquia envió cartas a personas e instituciones públicas y privadas, solicitándoles su concurso económico y de inmediato recibieron respuesta de la señora Alma Fernández, directora general del INVI, quien se comprometió a aportar lo necesario para las primeras 10 casas.

De hecho, ya dos de esas viviendas fueron terminadas y una de ella es utilizada como oficina del proyecto y la otra le fue reparada casi por completo a la anciana Josefa Amantina Coste Tavárez, quien vivía con una hija suya luego de verse en la necesidad de abandonar su hogar en la comunidad vegana de Guarey.

Una tercera casa está casi terminada por completo y con ella se beneficiará un hombre que fue abandonado por su mujer, dejándolo con seis hijos. Cuando concluyan allí,  los obreros comenzarán la reparación de otra que está desocupada, por el peligro que representaría para sus propietarios, en vista del mal estado en que se encuentra.

Aunque las familias beneficiadas serán las legítimas propietarias de las viviendas, tienen que firman un documento donde se comprometen a devolver la totalidad de los gastos en que se incurrieron, en caso de venderla. Si las alquilan, entonces deben entregar al proyecto la mitad de la mensualidad recibida, hasta que paguen el costo total de la construcción o reparación.

El padre Rogelio garantizó que esa decisión no será variada “porque estamos convencidos de que con ello ayudamos a dejar atrás la cultura de que a la gente se le regalen las cosas, además de que necesitamos recursos económicos para seguir hacia delante”.

Otro aspecto positivo que resaltó el sacerdote es que las personas que trabajan en el proyecto, que sobrepasan las 60, residen en el María Auxiliadora, por lo que el dinero que se ganan tiende a motorizar la economía de ese humilde sector vegano, “además de que están aprendiendo a construir con el método de prefabricado”.

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