En las semanas finales de la presente administración, han llegado aportes e ideas, para hacerle frente al ya de por sí grave problema del caos en el tránsito en las calles de la capital, en que cada día aumentan las dificultades y retardando el desplazamiento de la ciudadanía hacia sus destinos.
Gobiernos asiáticos amigos han anunciado generosos aportes para iniciar un proceso de organización vial y de esa manera alimentar los archivos oficiales repletos de estudios y recomendaciones, buscando todos llevar un rudimento organizacional en unas calles repletas de insubordinados cívicos, que no respetan la más mínima regulación legal que les ponga trabas a su arriesgado conducir de vehículos.
Es interesante ver de cómo la más grande empresa brasileña de construcción hizo un aporte técnico para regularizar el tránsito en las avenidas del polígono central, con una lista de giros prohibidos a la izquierda en esas vías, que de seguro ocasionarán inconvenientes y violaciones al granel por parte de los conductores, que en la actualidad no obedecen la prohibición similar en las avenidas Núñez de Cáceres y Winston Churchill.
Por ejemplo, en la intersección de la avenida Núñez de Cáceres con la calle Guarocuya, está prohibido el giro a la izquierda desde el sur de la Núñez de Cáceres hacia el oeste de la Guarocuya y desde el norte de aquella hacia el este de ésta. Tal prohibición no se obedece y los tapones son frecuentes cuando se concentran varios vehículos en sus propósitos para hacer el giro prohibido.
Donde ya es una costumbre es el giro prohibido en la intersección de la avenida Winston Churchill con la Gustavo Mejía Ricart, cuando los vehículos en su desplazamiento norte sur doblan hacia el este, o a la izquierda en la Mejía Ricart, ante la vigilancia indiferente de los agentes de la AMET, que a veces emprenden operativos para castigar a los violadores, pero eso es cosa de un solo día.
El estudio presentado por la empresa más favorecida con las grandes obras que ha ejecutado este gobierno en los últimos ocho años, pretende convertir la avenida 27 de Febrero y la John Kennedy en vías semi expreso, ya que al prohibir giros a la izquierda provocaría líos mayúsculos. Cuando uno transite de oeste a este por la 27 de Febrero, y el objetivo sea doblar en la Núñez de Cáceres hacia el norte, deberá buscar una calle alternativa, que no existe, al menos que se doble en la Privada, ya que entre ésta y la Núñez no hay calles con las condiciones para bajar hasta la Rómulo Betancourt y subir hacia el norte por la Núñez
El único giro prohibido a la izquierda que tendría menos traumas sería el de la Defilló con la 27 de Febrero en su dirección este sur ya que hay dos calles alternativas para enfilar luego hacia la Defilló que serían la Tapia Brea y la Bohechio. De todas maneras estamos frente a prohibiciones que van a ser violadas tarde o temprano por los conductores, que no aceptarían desplazarse hasta un kilómetro para llegar a su destino, como ocurriría cuando se pensaba bajar hacia el sur por la Núñez de Cáceres desde el este de la 27 de Febrero y es necesario llegar hasta la Privada, en donde el caos ya existe en determinadas horas del día.