Ayuda sigue llegando a Asia

Ayuda sigue llegando a Asia

PARIS (AFP).- Gobiernos, organismos internacionales y millones de ciudadanos anónimos siguen multiplicando su ayuda a las regiones de Asia devastadas por el maremoto del 26 de diciembre que dejó más de 145.000 muertos. La ayuda pública total a las víctimas de la tragedia se elevaba a más de 3.000 millones de dólares este martes, según el balance realizado por la AFP a partir de las últimas cifras dadas a conocer.

   Entre los contribuyentes más importantes se encuentran las de Japón (500 millones de dólares) y Estados Unidos (350 millones). Australia, que liberó fondos por 46 millones de dólares, piensa lanzar un programa global de ayuda por más de 385 millones USD, según la prensa australiana.

   Por su parte, la Unión Europea y sus 25 Estados miembros ya prometieron una ayuda por 615 millones de dólares y esa cifra todavía debería aumentar, anunció la Comisión Europea.

   Las contribuciones más importantes llegaron de Noruega (178 millones de dólares), Gran Bretaña (93,8 millones), Dinamarca (75,1 millones), Suecia (66,5 millones) y Francia (66,2 millones).

   Por su parte, Alemania, que ya liberó 26,6 millones USD, llevará su ayuda a 665 millones, según indicaron a la AFP fuentes cercanas al gobierno alemán.

   Los países del sur de Europa fueron más modestos en sus ayudas públicas. España entregó 66,5 millones de dólares, de los cuales 63,8 en forma de créditos con condiciones preferenciales para los países víctimas de la catástrofe. Grecia donó unos 400.000 dólares además de dos aviones militares para operaciones de emergencia y Portugal fletó dos aviones con medicamentos.

   Por su parte, India, víctima también de los terribles tsunamis y que rechazó las donaciones de los gobiernos extranjeros, prometió a su vez 23 millones de dólares de ayuda a sus vecinos Indonesia, Sri Lanka, Tailandia y Maldivas.

   En tanto, Londres inauguró el martes su presidencia del G8 (países más industrializados) proponiendo al bloque una «moratoria inmediata» sobre el pago de la deuda de los países afectados, que representa anualmente unos 2.930 millones de dólares.

   La idea, lanzada por el canciller alemán Gerhard Schroeder, recibió el apoyo del presidente francés Jacques Chirac y despertó «el interés» del jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell.

   Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecerá una ayuda de emergencia, sobre todo en la región de Maldivas, Sri Lanka e Indonesia, que podría llegar a 1.000 millones de dólares.

   De su lado el Banco Mundial concederá un fondo especial dedicado a la reconstrucción, que será anunciado en los próximos días.

   El jueves se celebrará en Yakarta, Indonesia, una conferencia internacional sobre la ayuda a los damnificados, con la presencia del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y Colin Powell.

   Paralelamente, la solidaridad de millones de ciudadanos, empresas y organizaciones humanitarias ha cobrado una importancia similar a la oficial en un país como Italia, donde los medios de comunicación consiguieron recaudar 14,6 millones de dólares en pocos días.

   Sin embargo y pese al gran volumen de ayuda, las necesidades en la región son inmensas y las dificultades para hacerla llegar hasta los damnificados, monstruosas.

   Indonesia, donde los muertos llegan a 94.000, registra especiales problemas para el transporte de la comida, el agua y los productos de primera necesidad, pese a los esfuerzos sobrehumanos de organizaciones humanitarias y la ONU.

   La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay medio millón de heridos en Asia y teme «una catástrofe sanitaria» si el «acceso al agua potable» no se restablece lo antes posible.

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