Ayudar a Haití para que nos menosprecien

Ayudar a Haití para que nos menosprecien

Los efectos devastadores del huracán Matthews en la península meridional de Haití ha develado una actitud del pueblo y gobierno dominicanos hacia los vecinos occidentales que bien merecen una reflexión de ese cambio de conducta hacia los vecinos isleños. A ellos les sobraba, en otras ocasiones del pasado reciente, la generosidad dominicana.
Esta vez nuestro país también sufrió bastante los efectos del huracán en sectores empobrecidos, al perder muchos sus escasas propiedades por las aguas desencadenadas de los ríos en avalancha. Estos desnudaron descaradamente a los dominicanos indefensos asentados a orillas de los ríos, bajo la complacencia de los políticos que han permitido durante años tales acciones. Es que el populismo desembozado de los políticos estimulan a esos pobres a poblar las orillas de los ríos.
Y esos asentamientos irregulares de dominicanos ya lo hacen con la esperanza de que los políticos en el poder les construirán viviendas confortables en lugares seguros. Aun cuando podría ocurrir como fue el caso de Las Caobas en el noroeste de la capital, que los damnificados fueron trasladados de La Ciénaga, y al poco tiempo, volvieron a sus tugurios. Así continuaron viviendo de la misericordia de las Iglesias, las ONG y del gobierno clientelista, esperando de nuevo un techo seguro, como ha ocurrido con la Nueva Barquita. Y ahora los nuevos damnificados de Matthews reclaman el mismo tratamiento oficial de ser reubicados desde las orillas del Ozama y La Isabela.
Con los haitianos hemos sido más que generosos en los últimos años, y en especial después del devastador terremoto de enero del 2010 con una enorme cantidad de víctimas y propiedades destruidas. Esa vez la ayuda criolla no se hizo esperar y nos volcamos a las pocas horas del evento sísmico, junto al gobierno de entonces, con todos los recursos disponibles. Hasta varias unidades de cocinas móviles se trasladaron al vecino país para servir por varios meses. Pero al mismo tiempo se aumentaron los asentamientos haitianos en la parte oriental, en especial en la zona de Bávaro que ya Verón se puede considerar como el departamento 11 de la división territorial de Haití.
Verón tiene una población conformada mayoritariamente por nacionales del país vecino de occidente. Es una población pacífica que trabaja en los grandes resorts de la costa este. No solo aportan mano de obra para la construcción, sino que por sus facilidades en aprender idiomas son indispensables para el manejo en el contacto con los turistas, en especial los franceses.
La destrucción de Matthews desnuda la vulnerabilidad total del territorio occidental, en que la fragilidad de la construcción de viviendas revela los métodos que utilizan. Esto se reflejó en la recién construida carretera a Les Cayes, que sus paseos y el relleno adjunto fueron erosionados por las aguas incluyendo el soporte vial de la misma profundizando más de un metro en muchos lugares. Esto se vio de soslayo en el excelente y valiente reportaje que presentó Nuria el pasado sábado 8 en su programa semanal de reportajes, con denuncias responsables.
En ocasión de la tragedia de Les Cayes el gobierno dominicano fue más dogmático y precavido en acudir con una ayuda masiva al vecino pueblo. A los ocho días movilizó unos 500 camiones cargados de alimentos, materiales de construcción y equipos para socorrerlos. Y en larga, animada y publicitada caravana se ingresó al vecino estado. Está fresco en la mente dominicana la prohibición de que se despacharan por tierra 23 artículos de gran consumo, a menos que no fuera por mar o aire. De esa manera podría cobrar los aranceles en los puntos de desembarque. Tal decisión unilateral haitiana fue revocada por ellos después de muchas oposiciones hasta de la embajada haitiana en el país.
El país esta entregado sin condiciones a los haitianos. Pero estos saben utilizar sus desplantes para hacernos ver como una potencia agresora en contra de un pueblo infeliz que busca por todos los medios arroparnos con su raza. Y es palpable el aumento del éxodo de los haitianos hacia el país. Todas las demás naciones del hemisferio les han cerrado las puertas a sus emigrantes. Aquí ingresan sin inconvenientes por lo que habla a las claras de esa permisividad con el pueblo haitiano que recibirá una gran ayuda en esta ocasión por el desastre del huracán Matthews para atender a sus miles de damnificados.

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