Inusual. Una mayor rotación laboral en medio de crisis
Las ayudas públicas directas entregadas a los hogares por el gobierno de Estados Unidos (jugosos cheques, unas prestaciones por desempleo ampliadas) han producido cambio en la actitud de los trabajadores que, contrario a otras crisis cuando preferían mantenerse en sus trabajos, ahora prefieren otras opciones, como quedarse en casa o reedirigir sus carreras, a pesar de que el empleo no ha recuperado el nivel pre-pandemia.
Eso ha provocado una reducción de la oferta de trabajadores para las empresas, generando una especie de escasez de mano de obra que está beneficiando a la población que trabaja con aumentos salariales.
El último dato publicado mostró que 3,977 millones de trabajadores dejaron su puesto de trabajo en EEUU, un récord en términos absolutos que refleja una gran rotación en el mercado laboral. En términos relativos (comparado con el total de ocupados), las renuncias alcanzaron el 2,7%, una décima por debajo del dato anterior (junio), que tiene el récord de la serie. Esto indica que de un mes para otro aumentó el número de ocupados en EEUU.
O sea, encontrar trabajadores no es el único gran desafío de las empresas, los empleadores también luchan por retener a los trabajadores.
En las dos crisis anteriores, el número de dimisiones fue muy inferior al actual. Tras la recesión de 2007 no se alcanzaron los 3 millones de renuncias mensuales hasta 2016, cuando la crisis ya se veía bien de lejos por el espejo retrovisor. Tras la de 2001 tuvieron que pasar cinco años para que las renuncias alcanzasen los 3 millones también.
Lo normal es que cuando la confianza en la economía y en el mercado laboral es más alta, es cuando se produce una mayor rotación laboral.
Dejar el trabajo en medio de una crisis o poco después puede ser una decisión muy arriesgada, pero esta norma ha sido desafiada en la pandemia.