Ayudemos a Haití, pero en su territorio

Ayudemos a Haití, pero en su territorio

En una entrega de hace varios meses, enfocaba el problema de las parturientas haitianas que vienen a parir en nuestro país, lo cual causa contratiempos con respecto a la nacionalidad del recién nacido, no obstante la Constitución haitiana definir como haitianos, todo los hijos de sus nacionales. Sin embargo, con la ayuda de algunos (Organismos no Gubernamentales) ONG y países confabulados, pretender obligarnos a otorgarles la nacionalidad dominicana. En ese artículo expresaba, que para no tener que aplicar el jus sanguini, propiciábamos la construcción de tres centros materno-infantil en Anse-à-Pitre; Belladere y Ouanaminthe. De ser necesario, Dominicana podría suministrar médicos pediátricos y enfermeras graduadas provisionalmente.
No puedo dejar de volver a resaltar, el craso error cometido por el presidente Leonel Fernández, cuando construyó una universidad en Limonade, estructura que no utilizan y además la bautizaron, como verdaderos malagradecidos: “Henri Christophe.
Hemos tenido conocimiento, que Canadá y Francia están construyendo casas para donarlas a haitianos residentes en el país, lo cual constituye una flagrante violación de nuestra soberanía. Lo grave del caso es, que se edifican sin conocimiento y autorización de nuestro Gobierno, en las narices de la dotación de la Fuerza Aérea en Boca Cangrejo, Puerto Plata, y a solo un par de kilómetros del aeropuerto internacional Gregorio Luperón. Desgraciadamente contamos con un Canciller político sin experiencia en derecho internacional y que ha manifestado que dejará el cargo, para convertirse en candidato de su partido, el PRD.
Y nos preguntamos con respecto a Francia ¿Cuál sería la reacción del gobierno francés si el dominicano decidiese construir en Francia viviendas para las minorías bereberes de Argelia, su antigua colonia, subyugada bajo el eufemístico nombre de “Territoire d’autre mer”?.
El colmo de la violación de nuestra independencia es un letrero en francés que expresa frente a la base aérea, que en ese terreno se construirá un hospital pediátrico para recibir a las parturientas haitianas. La pregunta obligada es: ¿Por qué no lo construyen en Haití, que es donde dará servicio?
La invasión pacífica y acelerada de nuestro territorio de parte de los haitianos, vía “la reproducción por vagina”, debe llenar de inquietud a los verdaderos dominicanos, que observan cómo estos se multiplican en nuestro territorio a una tasa de 4.8 y los dominicanos a 2.3, lo cual significa que con ese ritmo de activa e irresponsable paternidad, al cabo de veinte años tendrán en nuestro territorio la misma cantidad de haitianos que nosotros. Entonces, comprenderemos lo que establece su Constitución y su padre fundador Toussaint-Louverture, continuado por el invasor Jean Pierre Boyer quien ocupó el país por veintidós largos años: “La isla es única e indivisible”.
Creemos que ha sido una falta de visión de nuestro Gobierno no darle seguimiento a las ONG que propician la construcción de viviendas para haitianos en el país. El Poder Ejecutivo debe rechazar el chantaje de los organismos que defienden subrepticiamente los derechos humanos. Asimismo, advertir al Alto Comisionado de las Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR), órgano especializado de la ONU; así como, de cualquier otra institución u organismo internacional que amenace tomar represalias contra nosotros, sino se acatan sus recomendaciones, repetir la frase de nuestro patricio Juan Pablo Duarte “la República Dominicana debe ser libre de toda potencia extranjera”, a lo que se le podría agregar: “o que se hunda la isla”..
Mientras en nuestra frontera la Fuerza de Tarea considere una bendición por “peaje” hacerse de la vista gorda y lo cobran a los ilegales, seguiremos siendo víctimas de la penetración masiva de personas analfabetas , sin costumbres y sobre todo ávidas por quedarse en nuestro país. Quitémonos de encima el San Benito de “racistas” o “xenófobos”, ya que si estudiamos la historia de la Isla Hispaniola, los verdaderos racistas fueron los negros haitianos contra los mulatos y blancos, lo cual derivó en la actual encrucijada en donde se encuentra Haití: deforestada y superpoblada en un exiguo territorio que tarde o temprano eclosionará.

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