Ayudemos a la DNCD

<p>Ayudemos a la DNCD</p>

VÍCTOR GULÍAS
Tras la labor de profilaxis interna que viene impulsando el actual presidente de la DNCD, mayor general Rafael Ramírez Ferreira, queda claro que la titánica misión de enfrentar al flagelo del narcotráfico sólo podrá arrojar resultados óptimos si todos los sectores de la sociedad se unen y ayudan a la institución.

Esto así porque, como es sabido, el narco lo permea todo, lo corrompe todo y su tremendo poder económico, la logística que se agencia, sus actos de terror, el soborno, el lavado y sus demás prácticas, lo convierten en una empresa difícil de combatir y más aún, de erradicar.

Afortunadamente, nuestro país cuenta con una legislación dura contra las drogas, un equipo de hombres y mujeres dedicados a su combate y existe la voluntad política para enfrentar ese mal. Y, la presencia de un hombre de la rectitud del general Ramírez Ferreira al frente de la DNCD, es una tremenda garantía de que la guerra contra el narco está en buenas manos.

Pero, reiteramos, no basta la buena labor de la DNCD si cada ente social no ofrece su apoyo: Empezando por la familia, que debe vigilar y orientar a sus hijos, la escuela, las iglesias, las juntas de vecinos, los clubes, las instituciones del Estado, la sociedad civil, en fin, la lucha contra las drogas es responsabilidad y compromiso de todos.

El Gobierno debe aportar mayores presupuestos, logística, armas, combustibles, medios de transporte y de comunicación, y mejores salarios a la DNCD, para fortalecerla cada día más. La prensa, con su oficio de hacedora de opinión pública, debe profundizar su respaldo a esta lucha de la cual depende la seguridad de todos.

Los que tenemos la oportunidad de escribir en los diarios, estamos en el deber moral de mantener un apoyo franco y firme a este combate, por compromiso con nuestro país, con nuestros hijos, con nuestra juventud y nuestra sociedad.

Para frenar el terrible mal de la droga, el general Ramírez Ferreira le sobran condiciones, capacidad, tesón, honestidad, probidad y pantalones, y así lo viene demostrando, pero si la sociedad lo deja solo en su lucha, si los barrios no cooperan, si no cuenta con los recursos necesarios, entonces los resultados de sus personales esfuerzos, no serían del todo óptimos.

Estamos frente a un problema de seguridad nacional, de vital importancia para la salud física y mental de nuestros jóvenes y adultos, una problemática que está teniendo creciente incidencia en la criminalidad, la delincuencia y los hechos horribles que nos sacuden a menudo. Apoyemos a la DNCD, en su misión y veremos cada vez mejores resultados en su trabajo. ¡Adelante, general Ramírez Ferreira! ¡Adelante, DNCD!

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