Ayudemos a los envejecientes

Ayudemos a los envejecientes

La elección de un modelo público con seguros privados podría estudiarse con el financiamiento por parte de los usuarios cuyas familias estén  en condiciones de dar su cooperación. Un proyecto con carácter general para todo el interés del país podría ser exitoso, solo falta el interés de los políticos.

Sabemos que esta propuesta requiere de una voluntad hercúlea, pero este tema  es trascendente y no podemos perder de vista la meta de que no es querer que nuestros mayores vivan más años, sino los que les faltan por vivir.

Esta idea podría ser un sueño, pero hay que entender que son muchas  las familias de personas mayores dependientes a su cargo y hay la necesidad, cuanto antes, de llevarles este auxilio, porque ahora lo que sucede es que estos ancianos son abandonados a su suerte, porque sus familiares tienen el deber de concurrir a sus centros de trabajo para por lo menos llevarles el pan de su existencia.

Sería también muy importante crear una fundación de ayuda a los ancianos desvalidos, que a su vez construyera un gran centro o refugio para ancianos en la ciudad de Santo Domingo y en las ciudades de Santiago, Puerto Plata, La Vega, Azua, San Pedro de Macorís y Monte Cristi, con la ayuda del empresariado, el gobierno dominicano, los partidos políticos y todas aquellas personas caritativas residentes en la República Dominicana y además con la participación de todas las instituciones  de ayuda a los necesitados, para lo cual deberán crearse las leyes necesarias, que protejan a los envejecientes  y sus familiares.

Así pondríamos el país a la vanguardia de la Seguridad Social de todos los países de América.

Esperemos que los partidos políticos y sus respectivos candidatos para las elecciones del 20 de mayo del 2012, incluyan de manera prioritaria estas propuestas en sus programas de gobierno del 2012-2016. Manos a la obra, es la consigna  del momento.

La convivencia política hace grande  a las naciones y escuchar el reclamo de sus hijos necesitados debe ser el norte de una verdadera democracia, para que ellos vivan con dignidad.

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