Ayudemos a preservar al PRD

Ayudemos a preservar al PRD

El PRD está atravesando por su peor crisis política en su dilatada historia. En esta ocasión carece de figuras que podríamos llamar independientes a cabalidad para que sean aceptadas por las dos partes del conflicto. Y esto constituye, entre otros, un  obstáculo importante para su solución. Peor aún, tampoco tiene un líder que  pueda imponerse  a los grupos en conflicto.

 Para  tratar de solucionar esta situación tan especial,  debemos agradecer a la iglesia católica su disposición a mediar en el conflicto. Creemos, igualmente, que los grupos empresariales,  tanto industriales como comerciantes, así como los sindicatos, gremios, asociaciones de agricultores, intelectualidad, deberían unirse a esta jornada por la preservación del PRD, del sistema de partido, y de la democracia en nuestra nación. Pues  la democracia significa libertad de elección, de participación del pueblo en la selección de sus gobernantes y  alternabilidad en el poder.

  Democracia es, igualmente, sinónimo de libre juego de las ideas, de pensamiento, de igualdad de oportunidades. Así mismo, de un sistema de  partidos que incluya una oposición fuerte que critique  o detenga ejecutorias  incorrectas del partido gobernante y llamarle la atención públicamente  ante cualquier desviación. Constituye un contrapoder necesario para preservar la equidad política y la paz social.

 Qué pena que no encontremos senadores y mayor número de diputados del PRD que se enteren y enteren a la población de los proyectos de ley que luego de lecturas rápidas, si es que los leen la mayoría de ellos, los aprueban sin ninguna contra propuesta por parte de la oposición.  Sobre todo, aquellas leyes que aumentan aún más la deuda externa e interna del país.

 Ningún partido político que se divida y mantenga la división por tiempo indefinido puede ser opción de poder y mucho menos ganar más curules en el Congreso y en los gobiernos locales. Y esto hay que decirlo, pues el espíritu y fin de los partidos es representar al pueblo, ganar las elecciones para realizar esos fines o aspiraciones, pero nunca luchar por las formas, olvidando  el contenido, la esencia de su existencia política.

Así es, pues ningún candidato presidencial por un partido en estas condiciones puede creer que podría  ganar unas elecciones. Por el contrario, todo candidato presidencial en un sistema democrático, sabe que se gana con votos y por esa misma razón, busca  fortalecer su partido  haciendo  alianzas con partidos minoritarios y comprometiéndose con organizaciones de la sociedad civil a realizar promesas demandadas para aumentar su caudal de simpatizantes y por ende de los votos necesarios para ganar.

Consideramos que se puede, como dicen los franceses, cohabitar en el partido hasta la fecha de la convención que debe hacerse de común acuerdo con ambos grupos.  La mejor fórmula es la equidad en términos de selección de los miembros de la Comisión Organizadora de la Convención y un padrón consensuado por ambas partes.

En las condiciones actuales se necesita la cooperación de muchas organizaciones. De los partidos inscritos en la Internacional Socialista, amigos del PRD,  de la Fundación Carter, organización dedicada al mantenimiento y fortalecimiento de la democracia.  Todos deben poner su mejor  voluntad para resolver el conflicto y para que sean observadores de la convención, cuando ésta se lleve a cabo.

El problema no es fácil, aunque no imposible, ya que a todas luces manos externas y contrarias al PRD están metidas en este conflicto con el objetivo de debilitarlo para gobernar a sus anchas como en efecto lo están haciendo.

Con la ayuda del pueblo dominicano organizado, de nuestra iglesia, de la Internacional Socialista, del Centro Carter y de tantos amigos de la sociedad civil dominicana, pero sobre todo, de una pequeña dosis de sensatez y prudencia de todos los dirigentes del PRD,  podemos salvar al PRD y con ello  la democracia en la República Dominicana.

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