Ayudemos al sector agropecuario

Ayudemos al sector agropecuario

Durante los meses transcurridos han ocurrido lluvias continuas de importante intensidad en todo el territorio Nacional, cuyos efectos en el Sur del país y otras regiones de la República han sido devastadores, agravando la crisis económica, destruyendo sembradíos de renglones como el café, la cebolla, plátanos y otros víveres, todos vitales para la estabilidad de la nación y para el sustento de la familia dominicana.

Como consecuencia, los dominicanos estamos frente al reto, para el cual toda la ciudadanía necesita prepararse, para fortalecer y además modernizar al sector agropecuario el cual permanece como en una especie de “apartheid” que agita de manera casi permanente la esfera socioeconómica de todas las instituciones.Si se organiza un encuentro a nivel nacional de todas las fuerzas vivas del país y se analizara la situación del agro, inevitablemente se arribaría a la conclusión  de que existe una discriminación, porque el sector agropecuario está siendo considerado como un componente sin importancia residual, del resto de la economía, por que solo se le ve como quien suministra los alimentos que requiere la población y que por otra parte está reducido a suministrar la obra de mano que necesitan los otros sectores, por carecer de derroteros propios de desarrollo.

Esto es prueba, como opinan algunos políticos y economistas, de que el sector agropecuario está siendo perjudicado por las políticas monetarias y fiscales y por la situación cambiaria, pues la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) como lo afirma el BID en su informe, el agro, no es el componente determinante en el resultado obtenido.

También es verdad que en los últimos años la superficie bajo explotación agrícola experimentó una contracción y la caída en el área sembrada no fue compensada con mayores rendimientos, aún cuando hay que recordar que no existe entre los economistas claridad sobre el impacto que pueden tener las diversas políticas en la producción agropecuaria, ni tampoco estén claros los mecanismos, que a través de los cuales se producen esos posibles efectos.

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