¡Ayyy!!!… esas bondades del Cocido madrileño

¡Ayyy!!!… esas bondades del Cocido madrileño

MADRID. EFE.  El Camino de Santiago tradicional, el que se conoce como ‘Camino Francés’, entra en España por Roncesvalles, en el Pirineo Navarro, y va recorriendo las cuencas de los ríos Ebro, Duero y Sil hasta llegar a Galicia; es evidente que, para recorrerlo como es debido, lo primero que hay que hacer es plantarse en Roncesvalles; pero, para un ciudadano procedente de América, la Puerta del Camino va a ser, seguro… Madrid.

Madrid, porque ni en Roncesvalles ni en sus cercanías hay ningún aeropuerto que reciba vuelos transatlánticos. Y, ya puestos en Madrid y antes de echarse al camino para acercarse a Santiago este Año Santo (no volverá a ser Año Santo hasta el 2021, así que aprovechen ahora), no estará de más pasarse unos días aclimatándose en la capital de España. No les voy a hacer un canto de las bellezas artísticas o culturales de Madrid, ni del carácter abierto de sus habitantes: vamos directamente a la mesa.

En Madrid se come muy bien, la verdad. Hay para todos los gustos: desde una cocina de vanguardia ejercida por chefs creativos al estilo de Sergi Arola o Paco Roncero, a la representación de todas las cocinas regionales españolas, la mayor parte de las europeas importantes, muchas americanas y, cómo no, las asiáticas más en boga.

Los pesimistas les dirán que no existe; los optimistas les hablarán en seguida del cocido madrileño. Obviamente, el cocido, puchero u olla no se inventó en Madrid; hay versiones en todas las cocinas españolas, en las cocinas latinoamericanas, hay cocidos en otros países europeos…. pero sólo Madrid ha hecho de este plato, que ya no es un plato, sino una comida completa, uno de sus símbolos gastronómicos. La verdad es que el cocido madrileño viene siendo una síntesis de los demás cocidos españoles, como Madrid misma es una síntesis de toda España.

Hay muchos sitios donde lo hacen decentemente.

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