POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
El próximo lunes 12 de diciembre, a partir de las 7:00 pm, la Casa de Chavón en Santo Domingo, localizada en el número 50 de la Gustavo Mejía Ricart del ensanche Naco, dejará abierta la exposición titulada: AZARX3, compuesta por más de 30 obras, incluyendo pinturas, dibujos, esculturas y técnicas mixtas de la autoría de los artistas Aquiles Azar García, Aquiles Azar Billini, José Azar y Octavio Aquiles Azar Félix, este último fallecido repentinamente en su juventud en el años 2002. La muestra estará abierta hasta mediados de enero del 2006.

En el recuento inefable del arte dominicano contemporáneo, en el “libro de oro” de la imaginación popular; en esa aventura hacia el asombro que ahora mismo suscriben los nuevos taumaturgos de la imagen en Santo Domingo y que a cada instante fructifíca de manera preciosa en la consumación del mito perfecto e insondable; en este “rollo” abrasador que sólo admite la verdad del Arte como resultado de la unanimidad armoniosa entre Vida y Obra, con toda seguridad, el caso particular de la familia de artistas que integran Aquiles Azar García (1932), Aquiles Azar Billini (1965) y José Azar (1968), ocuparía una de sus páginas maravillosas y memorables.

Sobre tal convicción se reafirma Zaidy Rijo, directora de la Casa de Chavón en Santo Domingo, en el justo y loable esfuerzo de reunir a esta reconocida familia de sensibles creadores visuales. Ciertamente, son múltiples las razones para tan excepcional acontecimiento artístico en los espacios de la Casa de Chavón, pero la razón de que Aquiles Azar García haya sido uno de los primeros artistas dominicanos en exponer en la Galería de Altos de Chavón o en participar en el Programa de Artistas en Residencia, y el hecho de que sus hijos Aquiles Azar Billini y José Azar hayan egresado de Altos de Chavon -La Escuela de Diseño-, exponen la profunda relación que los Azar mantienen desde hace más de dos décadas con la Fundación Centro Cultural Altos de Chavón.

 AQUILES AZAR GARCIA

Ya lo había dicho: la casa de Aquiles Azar es una casa llena de monstruos. Rostros, cuerpos, máscaras. Bandada de pájaros y bestiario de la imaginación habitado por águilas, palomas, búhos, armadillos, mariposas y caracolas. Aluvión de seres, transfiguraciones y espectros en vertiginosa mutación. ¿Acaso serán estos monstruos los producidos por el sueño de la razón?.

Al decir de Pierre Marois, “los pintores que han producido monstruos son almas sencillas”, citando inmediatamente a Goya y a Breughel. Este también es el Caso de Aquiles Azar. Y, precisamente, como Goya, y más cerca de un Antonio Saura, Aquiles procede sobre una realidad que se antepone a todo intento de diferenciación entre las conceptualizaciones de belleza y fealdad. Lo que le importa es la expresividad, el ritmo, la fluidez de la diversidad vital, de la libertad, de la pasión, de la existencia, de los sueños y de sus visiones más intimas. En sus obras más recientes destacan los juegos de texturas, atmósferas, manchas, formas, líneas, espacios, sombras e iluminaciones de un aire deliciosamente oriental.

AQUILES AZAR BILLINI

Aquiles Azar Billini es arquitecto, artista visual y teólogo. Para él, el arte no es sólo el instrumento de expresión de sus sentimientos y emociones más íntimas, sino también el medio de materializar esplendorosamente concepciones precisas sobre el mundo, así como sobre sus propios puntos de vista filosóficos, políticos, religiosos y poéticos sobre la Luz y el Tiempo. Sobre la creación, la realidad y la espiritualidad. De ahí que en sus “Recapitulaciones”, impactante serie pictórica de formatos respetables en la que destacan títulos como “Hay un País en el Mundo”, “Son del Ingenio”, “Faltan hombres para tanta tierra”, Cada hueso con su hueso”, y “Como Jonas en el Vientre del Gran Pez”, no deja de aludir a las terribles situaciones de supervivencia que atraviesan en la actualidad los pueblos del Caribe. Pero más que hacernos ver, las pinturas de Aquiles Azar Billini buscan hacernos pensar, pues, en este caso, estamos ante la obra de un artista para quien la misma superficie imagética tiene que ser concepto, abstracción, inteligencia, mensaje, pensamiento, logos.

 JOSE AZAR

Aunque ha sido recientemente cuando ha expuesto por primera vez de manera individual, José Ignacio Azar Billini ha estado exhibiendo su obra en diversos concursos, bienales y exposiciones colectivas desde 1989. En su serie de dibujos y pinturas que ha titulado “Ataduras”, reflexiona sobre ciertas problemáticas sociales y psicológicas que nos afectan sensiblemente, tales como la migración, el vacío existencial, el apego o dependencia de las cosas materiales, las drogas, la corrupción del poder político y la alienación de la subjetividad en la “civilización” globalizada.

Dibujante y pintor desde su niñez, José Azar es un apasionado de la línea pura, de las superficies frías y de las imágenes desquiciantes. Su obra “Lavado de Cerebro” (políptico) con la cual participó en la pasada XXlll Bienal Nacional de Artes Visuales, está compuesta por una serie de doce dibujos a la tinta sobre papel en pequeños formatos, en la que trata con humor cáustico e ironía demoledora, la manipulación que enfrentan las personas en un mundo en pleno desconcierto hacia el instante de la fiesta del Cyborg y de la poshumanidad.