Azúcar de exportación

Azúcar de exportación

A veintitrés centavos de dólar por libra, la exportación de azúcar de caña es negocio para los productores dominicanos. También para el país. Los dos productores privados y uno que otro de los ingenios públicos sobrevivientes de la democracia, mantienen amplias planillas laborales.

Y generan dólares en instantes en que las exportaciones de otros productos no tienen mercados. Los fabricantes de azúcar, empero, se muestran preocupados debido a la competencia mexicana. Conviene darles apoyo.

Conforme informaciones publicadas la semana anterior por este diario, los aztecas aprovechan al máximo el tratado de libre comercio. La preocupación de los fabricantes dominicanos es que una sobreoferta en el mercado de Estados Unidos de Norteamérica reducirá los precios.

Y lo peor es que tal vez precipiten en caída los precios del mercado mundial.

¿Qué puede hacer el Gobierno Dominicano? Pelear por los productores dominicanos. Aquí no cabe lo del tratado de libre comercio.

Los inconvenientes derivan de la cantidad del dulce ofertado y exportado por los mexicanos. Conviene que las autoridades dominicanas recurran a conversaciones del más alto nivel. Hemos de hablar del papel que todavía juega el azúcar en la generación de empleos. Estimo que esta razón es atendible por los estadounidenses.

En adición, es necesario recordar que una de las empresas productoras tiene capital accionario vinculado a Estados Unidos de Norteamérica.

Otro motivo a esgrimir está relacionado con un espinoso asunto de tipo racial. Con frecuencia somos acusados de esclavizar a los trabajadores haitianos que inmigran para cortar caña en suelo dominicano. Una de los grupos privados procura esclarecer el panorama.

Para alcanzar este propósito contrató una empresa dedicada a la evaluación de desempeño de las empresas azucareras. El calificativo nos fue endilgado por congresistas estadounidenses a partir de denuncias de un sacerdote calificado como orate por el Obispo de la Diócesis en la que ejerció labor pastoral.

La calificación obispal no sirve de mucho como argumento de defensa. De manera que en un conversatorio como el planteado no puede faltar el tema.

La venta local del azúcar aparenta no ser lo suficientemente compensatoria para los fabricantes. Un reciente y discutido aumento ofrece indicios sobre este particular. Es por ello que conviene que las autoridades procuren defender a esos fabricantes locales de un descalabro del precio en el mercado estadounidense. Y que esas autoridades batallen por el mantenimiento de la cuota de exportación al mercado estadounidense, asignada en años recientes.

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