Azúcar y TLC, )un nuevo caso de amor sin barreras?

Azúcar y TLC, )un nuevo caso de amor sin barreras?

El consumidor y los productores, o libre comercio tradicional y sin límites como hasta ahora. Esas son las cuestiones a que se reduce el problema del TLC bilateral con los Estados Unidos que ahora rechazan los ingenios azucareros privados, un tema en el que la Secretaria de Industria, Sonia Guzmán, explica su postura

Debido al peso que el azúcar ha representado para la economía nacional es ya tradicional que su comercialización a través del mercado preferencial con los Estados Unidos genere momentos en que emergen los conflictos de intereses.

Desde el final del siglo XIX en que el país se integró al mercado mundial capitalista como productor periférico de azúcares dependiendo de una economía desarrollada como la norteamericana, contínuas disputas estuvieron al día entre productores vinculados al capital financiero norteamericano que intermediaban en la cadena de producción y comercialización del rubro.

Las causas de tales diferendos fueron el centro de importantes desavenencias con el gobierno estadounidense, el cual hacía suya las demandas de los productores locales asociados a un modelo que a su vez se relacionaba por múltiples mecanismos, impositivos, comerciales, incluída la corrupción política, al Estado dominicano.

Estas disputas fueron constantes y casi siempre relacionadas con los problemas de la distribución de las cuotas entre los países beneficiarios y, a su vez, entre los diferentes consorcio productivos que operaban en el país, tomando en cuenta su capacidad productiva para abastecer o no al mercado preferencial de los Estados Unidos.

[b])Protección o consumo?[/b]

Desde hace días los diarios destilan lo que parece ser una nueva disputa en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre el país y los Estados Unidos, al publicarse el disgusto de grandes productores azucareros locales sobre los términos del acuerdo respecto a este importante rubro.

De acuerdo con los términos de este acuerdo, el gobierno de los Estados Unidos acordaron con el dominicano poner un límite temporal y cuantitativo a las importaciones por parte de ese país a la producción dominicana, pasado lo cual el país comenzará a abrir sus puertas a edulcorantes más baratos para el consumo local elaborados en los Estados Unidos.

Pero estos términos han satisfecho a los dos emporios privados, que desde la quiebra de los principales ingenios estatales en el transcurso de los años 80 y 90 salieron del negocio para dejar paso a los azúcares producidos por el Consorcio Vicini y por el Central Romana Corporation.

Sobre el particular, la Secretaria de Industria y Comercio, licenciada Sonia Guzmán de Hernández, sostiene que las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio que encabezó fueron el resultado de un consenso entre todas las partes que podrían ser afectadas.

Para esos fines se llamó varias veces a los representantes de los centrales azucareros, en el caso de las discusiones vinculadas al tema del azúcar, pero éstos no asistieron ni enviaron representantes.

Culminadas las negociaciones dichos productores de azúcar quieren que Estados Unidos les otorgue un aumento de cuota de unas 10 mil toneladas, pero los norteamericanos alegan que si estos productores no pueden cubrir aún todo el mercado local ni cumplir con las cuotas preferenciales actuales de 185 mil toneladas cortas, mucho menos podrán cumplir con una cuota adicional.

«El TLC tiene una visión de que a largo plazo podrán beneficiarse todos los consumidores internos -sostiene la funcionaria-, en vista de que a partir de un tope que no puedan satisfacer en la producción, deben realizarse importaciones de glucosa de maíz o jarabe de maíz rico en fructuosa».

Adicionalmente, existe un tiempo de varios años, una vez acogido este acuerdo, para que la industria azucarera local pueda reconvertirse tecnológicamente, pues para los Estados Unidos es importante que el país muestre capacidad exportadora y no que se restrinja a ser importador para cubrir la demanda interna.

Cubris la demanda interna con importaciones encarece el producto que también es traído por los centrales azucareros para derivar su producción al mercado preferencial de los Estados Unidos.

[b]Distribución: )injusta rigidez?[/b]

Tras el fracaso del proceso de privatización de los antiguos ingenios estatales, sólo uno, el Montellano, ha sido rehabilitado y está actualmente en producción.

A pesar de que estos consorcios privados son los únicos que actualmente elaboran azúcar para abastecer al mercado local y preferencial, la producción total que al 2002 fue de más de 650 mil toneladas cortas de azúcares no satisfizo las demandas del mercado interno ni del mercado preferencial estadounidense, obligando a importaciones de hasta 73 mil 782 toneladas cortas del dulce. Las exportaciones a los Estados Unidos se cifraron en 178 mil 745 toneladas cortas.

A esto se atribuye la principal falla del sector productor local en vista de que no han sido capaces de lograr cambios tecnológicos sustanciales en dicha industria para poder competir mediante un incremento de la producción a bajo costo.

En ese orden se afirma que para el país tendrá una producción de 548 mil 563 toneladas métricas del dulce para la actual zafra 2003-2004, lo cual podría permitir el cumplimiento de las cuotas con el mercado preferencial norteamericano.

Actualmente el país mantiene una cuota preferencial con Estados Unidos de unas 185 mil toneladas cortas del producto, minetras que el consumo local total asciende a unas 350 mil a 400 mil toneladas.

Sin embargo, el letargo que se atribuía al sector productor azucarero cuyo fin se tenía previsto con la capitalización de los ingenios del antiguo CEA no dio resultados por lo cual los productores privados han hecho esfuerzos para tratar de cumplir los compromisos hasta ahora sin lograrlo.

Para los grandes consumidores industriales locales, así como para los consumidores individuales, la actual situación que prevalece en el mercado azucarero del país no es la más propicia para ellos.

En primer lugar, consideran que existe una injusta rigidez en el suministro local del producto que tiene por consecuencia efectos negativos para los consumidores, al igual que para los grandes productores nacionales que utilizan el producto como insumo principal.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Fabricantes de Dulces y Afines (ASODULCES), han explicado a las autoridades que por causa de los costos elevados que los afecta cuando los grandes centrales azucareros dejan de abastecer al mercado local para venderlo en el preferencial estadounidense, sus costos aumentan hasta llevarlos a la quiebra.

Por eso afirman que han quebrado muchos productores locales del dulce debido a la escasez de la materia prima y al alto costo del componente azúcar.

Entre otros, quebraron o redujeron al mínimo sus actividades empresas como la productora «Dubble Bubble», Panca, Rocco Cappano, la Dulcera Dominicana de Bolonotto, mientras otros productores han recurrido a importar productos terminados como mentas, chicles y otros porque resulta más barato traerlos que adquirir el azúcar en el mercado local.

Por eso 9 productores pidieron realizar importaciones directas del azúcar, en vista de que al comprarla directamente a los ingenios incrementa sus costos por lo que estiman elevado precio del quintal del producto cuando es vendido en forma directa por esas industrias.

En septiembre del año pasado, Asodulces se quejaba ante la Secretaría de Industria y Comercio en el sentido de que «los recién incrementos de precios de los azúcares han colocado a la industria de dulces en una situación de real desventaja frente a sus homólogas de Centroamérica y Caricom, para sólo referirnos a los dos bloques sub-regionales con los que el país ha firmado Tratados de Libre Comercio».

Añade que las posibilidades de cumplir con los compromisos de exportación de fin de año, también han sido puestas en riesgo por el recargo del 5% a las exportaciones.

Otro productor, la Procesadora San Martín de Porres, sostuvo en enero de este año en carta a las autoridades que el azúcar es el 55% de los costos de producción. Pero que «en el mes de diciembre del 2003 los usuarios del azúcar fuimos víctimas de una alza de 236 pesos por cada saco de azúcar refinada que vende el Central Romana».

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