Babel económica

Babel económica

Cuando la vieja empleomanía del Banco Central de la República conoció que el gobernador José Lois Malkun se hizo aprobar una pensión de casi 400 mil pesos mensuales, muchos estallaron en ira. Trascendió que algunos no se contuvieron y lanzaron rayos y centellas. Ocurre que Malkun les quitó servicios como alimentos para los que laboraban de corrido, argumentando que el banco necesitaba poner el ejemplo de la austeridad que se necesitaba en el país. Malkun está, en el BC, como un boxeador que tiene el público en contra. Pero esta no es la única fuente de irritación. La vieja empleomanía está descontenta por el nepotismo, por la buena vida de los nuevos funcionarios, por el nombramiento de personas en cargos que no existen en el organigrama de la estratégica institución y porque muchos han querido ser jubilados y se les ha obstaculizado.

[b]Un fracaso estrepitoso[/b]

Las autoridades del Banco Central se van en medio de un fracaso estrepitoso. Lois Malkun y su equipo no resolvieron la crisis bancaria, no pudieron cumplir con los acuerdos del Fondo Monetario Internacional y tampoco lograron estabilizar la moneda. Frank Guerrero Prats logró contener, más o menos, la crisis bancaria. Por lo menos, dicen técnicos de la institución, evitó la riada de pesos inorgánicos que vino después. Los acuerdos con el FMI no fueron manejados, como ocurría antes, por la voluntad del BC, sino por los caprichos y decisiones de Rafael Calderón, el secretario de Finanzas, y el Palacio Nacional. Y de la moneda, ya se sabe. Las medidas tomadas por Malkun y su grupo devaluaron el peso como nunca antes. El balance final es un fracaso estrepitoso, excepto para los abogados contratados para enfrentar el lío bancario y para los muy conocidos asesores económicos. Unos asesores que, como se conoce, nunca han dirigido nada.

[b]Los que fueron a Romana[/b]

La reunión de Leonel Fernández con los empresarios, en La Romana, fue importante. Pero más importante fue la compañía que él llevó. Hay quienes creen que Leonel se hizo acompañar por quienes ocuparán las principales posiciones económicas de su próximo gobierno. Allí estuvieron, además de él y Rafael Alburquerque, Temístocles Montás, Rafael Camilo, Daniel Toribio, Vicente Bengoa, Frederic Emán Zadé, Julio Ortega Tous, Luis Manuel Bonetti, Juan Hernández y Eduardo Tejera. Se da por contado que estos técnicos y políticos técnicos estaban allí por invitación directa del presidente electo. El mensaje parece claro, muy claro. También estuvo Bernardo Vega, pero nadie sabe de que lado estaba, si por los empresarios o por invitación del presidente electo. Los grandes ausentes del lado morado fueron Danilo Medina y Héctor Valdez Albizu. Los empresarios dijeron todo lo que creen sobre el sentido que debe tener la reforma tributaria y otros aspectos de la crisis económica como el déficit cuasi fiscal y la cuestión eléctrica. Uno de los presentes comentó que por primera vez en cuatro años hablaban con tranquilidad, sosegados y sin el temor de recibir un boche, una descalificación o una acusación personal, velada o abierta.

[b]Un nuevo liderazgo[/b]

El encuentro de Casa de Campo mostró, otra vez, la presencia de un nuevo liderazgo empresarial. Elena Viyella, Luis Molina Achécar, Rafael del Toro, Franklin Báez Brugal , José Clase y Lisandro Macarrulla. Casi todos creen en la necesidad que tiene el país de envolverse en un plan nacional de desarrollo. Lo que no se sabe es si creen en la conveniencia de una economía más justa y más distributiva.

[b]No se entiende mucho[/b]

Los técnicos del PLD deberían tener su propia propuesta de reforma tributaria, una que expresa su visión del tema. Esa propuesta debería ser la base de una gran discusión que involucre a todos los sectores nacionales: entidades de empresarios, urbanos y rurales, sindicatos, partidos políticos, universidades, grupos de la sociedad civil, profesionales independientes y fundaciones económicas. Una reforma tributaria es, en esencia, una conjunción de intereses. No se entiende mucho, pues, que otros sectores participen en la elaboración del documento base.

[b]Deben tomarle la palabra[/b]

Por cierto, el presidente electo y sus técnicos deben tomarle la palabra a la presidenta del CONEP, quien ha dicho que la reforma no debe ser de parches, como en el pasado, sino una reforma total, completa. Esa parece una posición inteligente que debe ser referida por los técnicos del partido morado. Ojalá que el influyente Temístocles Montás así lo entienda. Por supuesto, habría que ver si después de considerar la arquitectura de una reforma así Elenita Viyella sigue pensando igual.

[b]La piñata del CEA[/b]

Las actuales autoridades han convertido las tierras del Consejo Estatal del Azúcar en una verdadera piñata. Importantes políticos oficiales, funcionarios de alta investidura, oficiales militares y allegados al negocio estatal se han repartido miles de tareas. Exactamente como se hizo cuando Balaguer y como se hizo en la pasada gestión del doctor Leonel Fernández. Ahora se le llama ayuda para vivir y en el pasado se le llamaba acumulación originaria.

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