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SANTIAGO DE CHILE (EFE).- La elección presidencial de Chile se definirá el próximo 15 de enero en una segunda vuelta entre la candidata socialista, Michelle Bachelet, y el derechista Sebastián Piñera. «Ganaremos la segunda vuelta porque ya no hay vuelta atrás», afirmó Bachelet ante centenares de partidarios que gritaban «se siente, se siente, Michelle presidente», en el centro de Santiago.
Bachelet consideró su victoria en las elecciones de hoy, en las que superó por 20 puntos a Piñera, «un gran triunfo» de la gobernante Concertación por la Democracia, y subrayó que la coalición no sólo ganó en la votación presidencial, sino que consolidó su mayoría en el Parlamento.
La candidata socialista y ex ministra de Defensa y Salud del presidente, Ricardo Lagos, sumó el 45,87 por ciento de los votos frente al 25,48 por ciento de Piñera, un empresario con una fortuna calculada en 1.200 millones de dólares.
Con este resultado, el ultraconservador Joaquín Lavín, del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), quedó fuera de la carrera presidencial al sumar solo el 23,25 por ciento.
El ex alcalde de Santiago, que persigue el sillón presidencial desde que obligó a el presidente Lagos a una segunda vuelta en 1999, aceptó su derrota y afirmó que con Piñera, «si lo hacemos bien, nuestras ideas y nuestros equipos podrán gobernar el país».
El empresario, que irá a segunda vuelta, afirmó que ganará la presidencia de Chile el próximo 15 de enero.
«La Alianza (coalición derechista) va a empezar a cambiar la historia de nuestro país», afirmó Piñera ante medio millar de partidarios.
Piñera, que hasta hace pocos días miraba con indiferencia a Lavín, le consideró ahora «un amigo, un aliado que marcará el camino del futuro en el proyecto».
El representante del pacto de la izquierda Juntos Podemos Más, Tomas Hirsch, no logró superar los dos dígitos como quería y sólo alcanzó el 5,37 por ciento de las preferencias.
«Por ningún motivo es una derrota. Este cinco por ciento representa a más de medio millón de chilenos que han quedado excluidos de los gobiernos de la Concertación», afirmó Hirsch.
«Estamos en presencia de una fuerza política significativamente fuerte, pero frente a un sistema político en crisis que nos excluye del Parlamento», agregó.
El sistema binominal chileno hace que, a no ser que un candidato en cualquier circunscripción, en este caso senadores y diputados, doble la votación de su competidor, ambos son elegidos y el tercero queda excluido.
El presidente Lagos, en tanto, afirmó que la Concertación por la Democracia que gobierna Chile ha triunfado en las elecciones y que en enero, en la segunda vuelta, lo hará también.
«Hoy día hemos triunfado» afirmó Lagos, que dejará el cargo el próximo 11 de marzo con una inédita aprobación del 71 por ciento, según las encuestas.
Agregó que «hemos ganado, y no me cabe duda de que en enero (en la segunda vuelta) lo haremos igualmente».
«Los chilenos y chilenas optaron por la continuidad de la Concertación como la fuerza mayoritaria de Chile para seguir impulsando los cambios que son indispensables», enfatizó el segundo presidente socialista que ha tenido Chile, después de Salvador Allende (1970-1973).
Este domingo, los 8.220.897 millones de chilenos desafiaron al calor y acudieron a las urnas además para elegir a 20 de los 38 representantes del Senado y a los 120 diputados, resultado parlamentario que favoreció al partido Gobernante frente a la oposición de derecha.
Según el último cómputo entregado hoy por el subsecretario, Jorge Correa, que abarca el 93,04 por ciento de las mesas escrutadas, la Concertación obtiene el 51,75 por ciento de los sufragios para diputados.
La derechista Alianza por Chile figura con el 38,69 por ciento, cifra que, además, representa una caída del 6,58 por ciento respecto a los porcentajes de los comicios parlamentarios de 2001.
La coalición gobernante, asimismo, arrebata importantes plazas senatoriales a la UDI, aunque este último partido se mantiene como la primera fuerza política individual del país.
Sin embargo, la Concertación ha perdido en el Senado importantes figuras de la democracia cristiana, como Andrés Zaldívar y Carmen Frei.
