«BACK TO TENNESSEE»

«<STRONG>BACK TO TENNESSEE»</STRONG>

Tomé una botella de agua eran las 6:45 de la tarde del viernes, y llovía muuuucho afuera.  Estaba sola en la casa y comencé a bailar, con la botella en la mano como si fuera cerveza, “Back to Tennessee”, de Billy Ray Cyrus (el papá de Hannah Montana).

Y mientras bailaba la canción más country de todas las country, en versión caribeña dándole pa’ abajo y haciendo el perrito, escuchaba la letra de la canción, muy sencilla nada pretenciosa.

Narra la historia de un chico que sale de su pueblo a comerse el mundo y se lo come!, sólo que al final, después de la fama, el poder y el dinero, viene la indigestión, que sólo la cura la sopa caliente de la abuela que quedó en el pueblo olvidada. 

Pensé que así mismo es la vida, vivimos deseando estar en otro lugar con otras personas, menospreciando a  nuestro “Tennessee”.  Y Cuando llegamos a ese lugar con todos  los juguetes que habíamos deseado, un día despertamos en el palacio que está ubicado en el mismo paraíso y el mismo vacío que teníamos en nuestro “Tennessee” sigue vacío.

Y Nuestro “Tennesse” puede ser el billar con los amigos “losers” de la infancia, la casa de los abuelos en ese pueblo que nos quedaba chiquito,  la loca de mamá que nos peinaba el cabello y jugaba la loto, o el amor que dejamos atrás porque “yo merezco algo mejor”.

Creo que salimos a buscar los sueños, y cuando ellos llegan y nos preguntan por esa persona que salió del pueblo con una mochila, le decimos: esa ya se fué ahora tienes que lidiar conmigo, y la guerra es inevitable. Porque al final los sueños no quieren bregar con caricaturas sino con gente de carne y hueso, así que como ellos tienen “the last word” te dicen: pues agarra la mochila vieja, la que no es de marca y vaya “Back To Tennessee”.

Los sueños son así, nos inundan de un brillo particular pero como las flores éxoticas, sólo florencen cuando se dan condiciones muy específicas, y una de ellas, es el Amor.

Si falta amor en el ambiente, no hay brillo, no hay flow, no hay sueño, no hay nada, ni siquiera nosotros estamos allí.  Y es lo que he aprendido durante estos dos años y pico con “All we need is LOVE” que from time to time toca volver a la fuente, sin nada más que la mochila inicial precaria, a encontrarnos, a hacer las paces con los sueños, y decirles de frente que el corazón que los enamoro todavía late, que no somos un reloj caro, ó el último modelo de carro, toca volver a nuestro “Tennessee”

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