Según un estudio desarrollado en Colombia,  los niños a los que se les suministró leche con prebióticos redujeron en un 60% las enfermedades por anginas y otitis,  así como también los  casos de resfríos, crisis asmáticas y espasmos bronquiales. El mismo estudio indicó que los casos de diarrea infantil disminuyeron de un 81% al 26% con la dieta a base de leches con prebióticos. Por otra parte,   este mismo estudio, demostró que tras la adición de leche con prebióticos a su dieta diaria, los niños lograron un 83%, en el rango normal de índice de crecimiento.

Estos resultados sirven de preámbulo para explicar por qué este tipo de bacterias son imprescindibles en la dieta del niño durante sus primeros seis años de vida.

La palabra bacteria ha estado popularmente asociada a enfermedades. Durante mucho tiempo, “bacteria” ha estado sujeta a una mala reputación por culpa de quienes conectan la palabra con una enfermedad. Sin embargo, muchos tipos de bacterias son útiles no solo para la vida del medio ambiente, sino también del organismo.

Un sistema digestivo saludable. La salud de un buen sistema digestivo humano puede contener la presencia de unos 400 tipos de bacterias productivas, entre ellas, las prebióticas son las más conocidas porque controlan el crecimiento y prevén la  fermentación de bacterias dañinas como la conocida salmonera. De hecho, el intestino posee hasta el 80% del sistema inmunológico, lo que evidencia  que el mantenimiento de un intestino sano implica el reforzamiento del sistema inmunológico del hombre.

La presencia de bacterias, entre ellas las importantes prebióticos, en el intestino humano no es un hecho de origen, sino que se desarrolla con el crecimiento del individuo. Los niños recién nacidos, por ejemplo, no tienen casi ninguna bacteria en su línea digestiva, las que adquieren sólo después de que comienzan la lactancia materna y continúan con la toma la leche directamente de un biberón.

La lactancia materna, por sí sola, no resulta la fuente principal de creación de bacteria útil en el sistema digestivo de los niños, por lo que resulta frecuente la aparición de  problemas digestivos como diarreas e indigestiones. Esta realidad ha dado como resultado la fabricación de leches destinada a niños pequeños (entre 1 y 6 años) con ingredientes prebióticos integrados, de modo que prevenga en los bebés la reproducción mecánica y el vómito, a la vez que contribuya a digerir la comida eliminando la obstrucción intestinal.

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Leches con prebióticos, garantía de salud

El doctor Phan Huu Nguyet, del Nhi Dong I Hospital, en VietNam,  ha asegurado que “añadir bacterias a la leche en polvo para niños es un trabajo absolutamente científico y no muchas firmas están equipadas para hacerlo”. No basta la tenencia de tecnologías de punta en el proceso industrial, sino que es imprescindible una cultura que comienza con la excelencia en la recolección de las leches y la calidad del ganado vacuno que la produce.

Por ejemplo, la compañía ARLA, que han sido parte de la nutrición de los europeos desde 1863, garantiza la calidad de sus productos de demanda mundial con la posesión de más de 9,000 granjeros en Europa.  Cada granja tiene  control estricto desde la calidad dietética de la vaca, hasta las condiciones en el procesamiento del producto.