Arusha, (AFP).- El coronel Theoneste Bagosora, condenado hoy por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) a cadena perpetua por ser el «cerebro» del genocidio ruandés de 1994, hizo una brillante carrera militar que lo catapultó a las más altas esferas del poder.

Según el acta de acusación del Tribunal, el coronel anunció en 1993, al retirarse de las negociaciones con la rebelión tutsi del Frente Patriótico Ruandés (FPR, hoy al poder en Kigali) organizadas en Tanzania, que iba a regresar a su país a «preparar el apocalipsis», es decir el genocidio.

Bagosora, que siempre defendió su inocencia, niega haber pronunciado las palabras que se le atribuyen y apelará la decisión de la justicia, según su abogado.

El TPIR, con sede en Arusha (Tanzania), lo condenó a cadena perpetua a él y a otros dos ex oficiales del ejército ruandés por «genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra».

Nacido el 16 de agosto de 1941 en un pueblo del noroeste de Ruanda, en una familia de religión cristiana, el ex director de gabinete del ministerio ruandés de Defensa fue corista en su parroquia cuando era niño.

En 1956, el joven Bagosora entra en el seminario católico de Nyundo, en su región natal, del que sale seis años más tarde para estudiar en la Escuela de Oficiales.

En 1964 Bagosora ya es subteniente. Dos años más tarde, siendo comandante en la región oriental de Bugesera, el joven oficial hutu hace méritos al repeler un ataque de exiliados tutsis ruandeses procedentes del vecino Burundi.

«Los combatimos y los echamos», recordó orgulloso Bagosora ante el TPIR en 2005.

Un año después de su bautismo de fuego, en 1967, Bagosora tiene a su primera hija. Su madrina será Agathe Kanziga, esposa de Juvenal Habyarimana, futuro presidente de la República. Tras la muerte del dirigente en un atentado el 6 de abril de 1994 comenzará el genocidio en Ruanda, que según la ONU se saldó con 800.000 muertos, principalmente de la minoría tutsi.

Habyarimana aprovecha su amistad en el golpe de Estado del 5 de julio de 1973 contra el entonces presidente, Grégoire Kayibanda. En él la unidad comandada por Bagosora desempeña un papel importante en la capital Kigali y lo ayuda a tomar el poder.

Tras una formación militar en París en 1981, Bagosora ocupa distintas funciones en el ministerio de Defensa, o al frente del ejército.

El 1 de octubre de 1990, cuando los rebeldes tutsis del FPR invaden Ruanda, el coronel Bagosora es comandante del campamento de Kanombe, la mayor guarnición del país.

Pero al contrario que en 1966, no estará directamente implicado en el conflicto armado, sino que su combate se desplaza al frente diplomático, en los contactos con los rebeldes tutsis del FPR.

En 1993, en la ciudad tanzana de Arusha, donde se desarrollan las negociaciones, Bagosora mantiene un conflicto permanente con su jefe de delegación, el canciller Boniface Ngurinzira, al que reprocha hacerle demasiadas concesiones a los rebeldes tutsis. El jefe de la diplomacia ruandesa será asesinado el 11 de abril de 1994 por militares.

Bagosora rehusó en todo momento calificar de genocidio las matanzas perpetradas por los extremistas hutus entre abril y julio de 1994.

El ex oficial huye de Ruanda en julio de 1994 ante el avance del FPR, actualmente al poder en Kigali, y es detenido en Camerún en 1996, antes de regresar esposado en enero de 1997 a Arusha, sede del TPIR.