Bahía de las Aguilas

Bahía de las Aguilas

JOSÉ LOIS MALKUN
Al comienzo de su primer mandato, hablamos del 1967, el doctor Balaguer decidió cerrar todos los aserraderos del país, a fin de proteger el bosque. Pero esta decisión, que todos felicitaron, se convirtió con los años en la causa fundamental de la deforestación.

Esta aparente contradicción la entendí muchos años después, cuando trabajé en el sector agropecuario y estudié el tema rural con profundidad. La realidad es que en un país donde el sector construccióncasi no ha parado de crecer en los últimos 40 años, y donde el precio de la madera local, por las restricciones impuestas, es exorbitante, lo menos que se podía esperar era la destrucción clandestina y más acelerada del bosque.

Lo más grave fue que al no reponerse el árbol cortado, el país no sólo arrasó con su área forestal, sino que se convirtió en un gran importador de madera.

La moraleja es que si usted quiere conservar sus recursos naturales, explótelo racionalmente, aprovéchelo pero renuévelo, sáquele beneficios pero invirtiendo en su preservación.

Cuando vivía en Costa Rica me llevé una gran sorpresa. Un país famoso por sus áreas protegidas y con un turismo ecológico fuerte, resultó ser el más devorador de madera preciosa. Impresiona la cantidad de aserraderos y de camiones cargando troncos de árboles de hasta un metro de diámetro, que circulan por las carreteras. Y es que la conservación del bosque se sustenta en su continua renovación y en eso los ticos se esfuerzan y tiene instituciones que funcionan.

Pero en esta ocasión no voy a referirme al bosque, simplemente lo uso como referencia válida.

El anuncio del Presidente Fernández sobre Bahía de las Águilas, me pareció oportuno y necesario. Y si queremos conservar este importante recurso natural del país, entonces comencemos a explotarlo racionalmente, porque de lo contrario veremos en unos 10 o 20 años un mayor deterioro de la Bahía y de su entorno forestal, sin darle ningún beneficio a los habitantes de la deprimida región sur.

¿Dónde está el peligro? En el rol que asuma la Secretaría de Recursos Naturales. Si ésta hace cumplir cabalmente todos los requisitos que se le deben exigir a las empresas turísticas para preservar la zona y si condiciona cualquier inversión a rigurosos estudios de impacto ambiental, entonces debemos confiar en que la Bahía tendrá un desarrollo turístico sostenido y sus riquezas naturales serán mejor preservadas que dejándola como están.

Además, ¿qué derecho tienen los dominicanos del Este y del Nordeste a vivir mejor que los del Sur? Mientras el triángulo de Bávaro-Punta Cana-Bayahíbe expande tranquilamente sus fronteras turísticas y se afectan zonas que son consideradas protegidas, siempre que se habla de invertir en Bahía de las Águilas se arma un berenjenal. Mientras nadie se preocupa de la destrucción acelerada de las cuencas hidrográficas o de Los Haitises y se obvia el deterioro ambiental de ciertas zonas del cordón turístico del atlántico, sólo mencionar la posible explotación de Bahía de las Águilas, es noticia de primera plana y los grupos ecologistas elevan su protesta más enérgica.

¿Qué intereses se esconden detrás de estas protestas? Yo personalmente no conozco ninguno y por eso supongo que los grupos ambientalistas actúan de buena fe. Pero si creen que la Bahía se conservará dejándola virgen, están totalmente equivocados.

No tengo idea de quiénes son los franceses interesados en invertir en la zona. Pero sería importante abrirles las ofertas a los españoles, a los norteamericanos y a los canadienses. En fin, que todos tengan las mismas opciones. Y digo ésto para que nadie suponga que soy accionista de los empresarios franceses. Mucho menos que soy peledeísta. Lo que no deja de tener cierta lógica en un país lleno de desconfianza y de gente que a todo le quiere sacar beneficios pecuniarios. Simplemente, soy un creyente firme y profesionalmente convencido de que la preservación de los recursos naturales sólo se logra cuando se manejan y se aprovechan racionalmente.

Bahía de las Águilas puede ser un ejemplo para nuestra imagen internacional, si las inversiones se realizan cumpliendo desde el principio con todas las regulaciones y normas legales en materia ambiental. Por eso vale la pena intentarlo. La gente del Sur se lo merece y tiene todo el derecho a exigirlo.

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