Bailemos “Un sacrificio que al final valdrá la pena”

Bailemos “Un sacrificio que al final valdrá la pena”

Claudia Beatriz, (20 años) y Raúl Enrique Geraldino Chupani, (19) son una pareja de hermanos un tanto especial. Esto, porque se llevan muy bien, comparten los mismos gustos y son muy responsables para su edad. Pero esto no ha ocurrido porque sí, estos jóvenes emprendedores son fruto de una educación fundamentada en valores que su madre María Consuelo Chupani resalta con orgullo.

Desde pequeños Claudia y Raúl se sintieron atraídos por el arte, la primera por la danza y el segundo por la música. Pero no fue hasta 2013 que deciden tomar clases de salsa, cuando empezó su viaje hasta “Bailemos”, su propia escuela en este género que ahora suma dos más: merengue y bachata.

A diferencia de otros chicos de su edad, los hermanos Geraldino ocupan su limitado tiempo en cosas productivas y aunque afirman estar conscientes de que deben de sacar tiempo de ocio, en estos momentos eso no es su prioridad.

“Nosotros hemos aprendido a madurar antes de tiempo, por la necesidad, y tengo muchos amigos que me dicen ‘vamos a salir el sábado’ y yo les digo ‘no, que tengo que dar clases particulares’, y eso crea una responsabilidad que te ayuda en el futuro a formar una base sólida”, explicó Raúl quien cursa el tercer semestre de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Aparte de sentir pasión y amor por lo que hacen, esta escuela los ha ayudado también a colaborar económicamente con sus estudios.

Claudia, quien está en su último año de Psicología Clínica resalta: “Yo pienso que mientras tú vas teniendo tus experiencias de vida tú vas obteniendo tus propios recursos para salir a camino, por ejemplo nosotros creamos esta escuela jóvenes y nosotros tenemos que sacar nuestros recursos a temprana edad, quizás hay chicos que no lo tienen o no lo han desarrollado por su comodidad, entonces eso es algo como relativo”.

La cuasi psicóloga también labora en un colegio privado y está realizando su pasantía.

Bailemos. Inició como un campamento de verano hace dos años. En la actualidad es una escuela con más de 25 estudiantes de 12 hasta 65 años que es el alumno más adulto que han recibido.
Entre sus planes está tener su propio local, ya que utilizan una de las aulas del colegio de su madre. También seguir tomando clases para pasar sus conocimientos a sus alumnos. La escuela cuenta con algunos ayudantes que aprendieron a bailar salsa en Bailemos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas