Baja actividad sísmica  precedería  un  terremoto

Baja actividad sísmica  precedería  un  terremoto

La baja actividad sísmica en algunas placas tectónicas que pasan por debajo del noroeste de Turquía, el norte de Chile y la costa oeste de Estados Unidos aumenta las posibilidades de que se produzcan fuertes terremotos, aunque éstos hoy por hoy no se pueden predecir, según los expertos.

“La magnitud de los terremotos depende de la cantidad de tensión” acumulada en el límite entre dos placas tectónicas y “cuando no se producen grandes seísmos durante mucho tiempo, la probabilidad de que tenga lugar uno fuerte aumenta”, explicó a Efe Gilles Mazet-Roux, geólogo del centro sismológico Euro-Mediterráneo.

“Los grandes eventos suelen suceder cada 30 ó 40 años”, y la región de Arica (norte de Chile) no ha registrado un gran terremoto desde 1877, por lo que se calcula que tiene potencial para un seísmo comparable al ocurrido en la región de Bío Bío (a 500 kilómetros de Santiago) el pasado 27 de febrero.    En Turquía, la falla de Anatolia, con más de mil kilómetros de longitud y responsable del gran terremoto de Izmit (unos 80 kilómetros al este de Estambul) en 1999, alberga segmentos que no han ocasionado un fuerte movimiento telúrico desde 1939. Uno de ellos es el situado bajo la región de Marmara (20 kilómetros al sur de la capital), que no ha sufrido ningún fuerte seísmo desde hace 200 años, aproximadamente el mismo tiempo que la falla de San Andrés, que recorre el estado de California (Estados Unidos) y dio lugar al terremoto que devastó San Francisco en 1906. 

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En la actualidad

En lo que va de 2010, se han registrado 3,258 movimientos telúricos, dos de ellos de 7 y 8.8 grados, en Haití y Chile, respectivamente, y otros dos de 6.4 (Taiwán) y 6 (al este de Turquía) grados en la escala abierta de Richter.     Todos esos seísmos han alterado la posición de las placas, que ahora “deben corregir ese movimiento” con nuevas réplicas cuyo momento e intensidad “no podemos saber” dada la imposibilidad de predecir estos fenómenos, afirma Mazet-Roux. El 80% de los terremotos son consecuencia de la tensión generada en la convergencia entre la placa tectónica del Pacífico y la que sostienen los continentes de Asia y América.

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