Baja cobertura en medicinas

Baja cobertura en medicinas

En el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) hay aspectos que llaman la atención y que deberían ser motivo de estudio y corrección o mejoramiento. La cobertura en servicios exámenes y procedimientos clínicos contrasta de manera muy severa con la pobre cobertura en medicamentos. Tres mil pesos al año por concepto de medicinas es una suma ridícula si se toma en cuenta que hay pacientes que deben someterse de por vida a  tratamientos muy costosos.

Para las personas  hipertensas, diabéticas, afectadas de cardiopatías, trastornos renales crónicos o cáncer, entre otros padecimientos, los costos en medicamentos son extremadamente altos. Un paciente en cualquiera de esas condiciones, con una cobertura de tres mil pesos por año, parece más bien desprotegido por la seguridad social. Los criterios que sirvieron de base para fijar este tope tan bajo deberían ser cuidadosamente revisados.

Para muchos enfermos crónicos representa un alivio poder encontrar medicamentos genéricos para algunos de sus padecimientos, pero no tienen la misma suerte aquellos afectados por enfermedades graves y que requieren tratamiento permanente con fórmulas especializadas muy costosas. Es necesario mejorar la  cobertura en fármacos de  los asegurados, sobre todo los que llevan  tratamientos caros de por vida.

Hacia las elecciones

Con el impulso de los indiscutibles avances que ha logrado el país en el ejercicio democrático, avanzan los preparativos para las elecciones presidenciales del 20 de mayo de este año.

El certamen estrenará innovaciones como fecha movible al tercer domingo de mayo, elección de los diputados de ultramar, estreno del Tribunal Superior Electoral que se encargará de dilucidar los aspectos contenciosos que genere el proceso  y una administración colegiada en el Centro de Cómputos de la Junta Central Electoral.

Algo que no se ha logrado es dotar al país de una ley que regule la vida de los partidos políticos, fiscalice el origen de sus finanzas y otros aspectos relacionados con su existencia y extinción. Con todo, la marcha de la organización del proceso marca el vigoroso  pulso de la madurez democrática del país.

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