Baja inflación alegra mercados

Baja inflación alegra mercados

WASHINGTON (EFE).- Estados Unidos registró en agosto una inflación de apenas el 0,1 por ciento, y los mercados reaccionaron hoy con entusiasmo ante el dato que, además, beneficia a la campaña del presidente George W. Bush para las elecciones de noviembre.

   El Departamento de Trabajo informó de que tras una caída del 0,1 por ciento en julio, el índice de precios al consumo (IPC) subió una décima de punto el mes pasado. La mayoría de los analistas esperaba un incremento del 0,2 por ciento.

   En agosto bajaron los precios de la energía por segundo mes consecutivo, después de las preocupaciones entre abril y junio por los aumentos de los precios del petróleo que, según la Reserva Federal, contribuyeron a frenar el ritmo de crecimiento económico en EEUU.

   Si se excluyen los precios de la energía y los alimentos, que son los más volátiles, el núcleo del IPC o inflación subyacente, fue del 0,1 por ciento en agosto, por tercer mes consecutivo.

   En los 12 meses hasta agosto, el IPC ha subido un 2,7 por ciento, tres décimas menos que el incremento interanual registrado hasta julio. Por su parte, la inflación subyacente interanual subió un 1,7 por ciento.

   Una vez que el Departamento de Trabajo divulgó los datos gubernamentales sobre los precios, las bolsas subieron.

   En los ocho primeros meses de este año los precios de consumo han subido un 3,7 por ciento, comparado con un 2,4 por ciento en el período similar del año anterior.

   A su vez, la inflación subyacente ha sido del 2,2 por ciento entre enero y agosto, comparado con un incremento del 1,3 por ciento en los ocho primeros meses de 2003.

   Pero un ritmo mayor de inflación siempre acompaña a la reactivación económica, y puede esperarse que se acelere cuando el gobierno, como ha hecho el de Bush, inyecta enormes cantidades de dinero en la economía mediante reducciones de impuestos y aumento de gasto militar y en seguridad nacional.

   La Reserva Federal, que comenzó en enero de 2001 una paulatina disminución de las tasas de interés hasta situarlas en su nivel más bajo en cuatro décadas, cambió de rumbo en junio y empezó ajustes moderados para impedir que aumentaran las presiones inflacionarias.

   Los datos de hoy confirman que la política de la Reserva ha sido oportuna, que los inversores pueden contar con que no habrá alzas abruptas de las tasas de interés, y que el presidente Bush puede exhibir hasta noviembre un panorama económico optimista.

   Otros indicadores económicos bosquejan un panorama preocupante, como el crecimiento sin pausa y a niveles sin precedentes de los déficit por cuenta corriente, comercial y fiscal, y la persistencia del desempleo.

   Pero de cara a las elecciones de noviembre, Bush podrá contar con el habitual respaldo de Wall Street a los republicanos y el hecho de que la economía sigue creciendo lentamente sin que se dispare la inflación.

   En junio, el gobierno de Bush obtuvo de Arabia Saudí el compromiso de que habría un suministro mundial de petróleo suficiente como para atenuar el encarecimiento del crudo, al menos hasta noviembre.

   En agosto, según el informe divulgado hoy por el Departamento de trabajo, los costos de la energía bajaron un 0,3 por ciento. En el mes anterior habían bajado un 1,9 por ciento.

   En agosto, los precios de la gasolina bajaron un 1,4 por ciento, y los costos del combustible pesado (gasóleo) subieron un 5,2 por ciento, el menor incremento desde enero.

   Los precios de los alimentos, que habían subido un 0,3 por ciento en julio, aumentaron en agosto un 0,1 por ciento.

   Dentro del núcleo del IPC, el aumento en los pagos de alquileres fue contrarrestado casi totalmente por las bajas de precios en vestimenta, recreación y alojamiento.

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