“Uno de cada 17 accidentes mortales en carretera está relacionado con el estado de los neumáticos”, indica la revista francesa Valeurs actualles. Estudios realizados por el fabricante de neumáticos Michelin revelaron que en el 2002, dos vehículos de cada tres tenían al menos un neumático que estaba constantemente con poca presión.

Los directivos de la empresa expresan que los conductores creen erróneamente que llenar los neumáticos demasiado puede hacer que estallen, y que eso es más peligroso que llenarlos poco. Advierten que sucede exactamente lo contrario: cuando la presión de los neumáticos es inferior a la normal, se tarda más en frenar, se pierde agarre en las curvas, y al dar un viraje violento puede perderse el control del automóvil.

Además, al disminuir la presión, el neumático se deforma y sus componentes se calientan, lo que puede ocasionar que se reviente de golpe.