Renunciando a enfrentar a corto plazo el estrago a finanzas públicas por severa insuficiencia de ingreso por tributos mientras crecen los gastos y las deudas, el Gobierno mantiene anulada parcialmente la eficacia de la función recaudadora imprescindible para allegarse recursos que preserven capacidad financiera con el resultado adicional de que los impuestos sirven para promover la justicia social, el respeto a los derechos humanos, desalentar conductas sociales negativas y apoyar el verdadero desarrollo de la nación. Lo contrario es desaprovechar el poder de la política fiscal para combatir la pobreza y no solo algunas de sus manifestaciones con paliativos.
El veterano exgobernador del Banco Central, Guillermo Caram, y columnista de este diario, llamó hace poco la atención sobre las graves consecuencias que acarrearía al país la caída de las recaudaciones que en los primeros 66 días de este año sumaron un promedio diario de 3,238 millones por debajo de lo logrado en el mismo período del 2024 que fue de 3,264 millones, Ahora en que además, los gastos corrientes aparecen acrecentados según informaciones del propio sector oficial a través de digepres.gob.do. Colofón: el país ha caído en una desaceleración económica o en una disminución de la eficiencia fiscal o en ambas consecuencias.
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En otros reciente escenario al que concurrieron tres reconocidos economistas invitados por Listín Diario se arribó a la conclusión de que al país le urge solucionar el alto déficit fiscal proyectado para fin año con una brecha que se viene abriendo entre ingresos y gastos «insostenible en término de las finanzas públicas». Nelson Suárez, experto presupuestal de asiduidad en las páginas de HOY, expresó preocupación por que el servicio de la deuda está calculado en RD99,500 millones; alrededor del 50% de los RD$196 mil millones de ingresos previstos por recaudaciones en 2025. Una correlación para alarmarse. Una misión del Fondo Monetario Internacional llegó al país en el momento en que analistas locales describen un «desfase enorme» entre la nómina del Estado en medio de una caída del inversión pública, y una presión tributaria que no pasa del 14% del PBI.
El presidente Luis Abinader descartó más enfáticamente que antes, todo posible cambio al código tributario a pesar de que los expertos sostienen que es perfectamente posible elevar la presión fiscal eliminando el 40% de la evasión del ITEBIS que es de RD$290,000 millones al año y recuperando más de RD$474 mil millones de evasión del Impuesto sobre la Renta, la mayor causa del hoyo fiscal, mientras las tasas al consumo golpean con la mayor intensidad a los dominicanos de bajos ingresos. No hay forma de saber cuáles serían las consecuencias financieras de la falta de voluntad política para evitar una aguda aproximación del país a la insolvencia.
PREOCUPACIONES
Editorialmente este periódico favoreció el pasado miércoles que el Poder Ejecutivo reintroduzca al Congreso el proyecto de reforma fiscal fallido sin pretender esta vez gravar desproporcionadamente a los contribuyentes y evitando que la fiscalidad siga descansando demasiado en el consumo. «Una subordinación que genera injusticia para las mayorías poblaciones de bajos ingresos y libera de cargas privilegiadamente a los de altas rentas».
El retraso de obras estales en construcción fue puesto de relieve editorialmente hace pocos días por el matutino Listín Diario y aunque entre las causas del estancamiento no citó explícitamente la merma de recaudaciones (atribuyéndola mas a problemas presupuestales por disputas legales) lo cierto que el descenso de ejecutorias y del gasto de capital conecta con la realidad de que el recaudo no alcanza ni para pagar intereses del crecido endeudamiento.
El economista Magín Diaz, exdirector de Impuestos Internos, hizo referencia a que a pesar de la deuda pública consolidada crece de 4,000 millones de dólares anuales el Estado enfrenta el reto de aumentarla en al menos 150 millones de dólares mensuales más para transferencias a las Distribuidoras de Electricidad (EDEs). «El dolor de cabeza más grande para el Gobierno». Cabe decir a la luz de los criterios de Díaz, que la falta de decisiones políticas en el curso de casi cinco años de gestión gubernamental tienen al país agudamente endeudado.
Al analizar desde el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, la preocupante insuficiencia recaudadora de República Dominicana, el experto Albert Prazmowski opinó que la baja presión tributaria local es en parte el resultado de distorsiones fiscales que incluyen evasión, elusión e informalidad. «Se estima que las distorsiones son de aproximadamente un 60% y su evolución histórica se corresponde con numerosos aspectos incluyendo más de veinte reformas tributarias y cinco acuerdos de estabilización con el Fondo Monetario Internacional» sin resultados. Lo más parecido -agregamos- a un fracaso de la clase gobernante y a su universo partidario.
Oxfam, la organización global que promueve el desarrollo humano, situó a la República Dominicana en uno informe del año pasado entre los países de la región que a pesar del crecimiento económico sostenido no han aprovechado el enorme potencial transformador de la política fiscal para combatir la pobreza, la desigualdad y las violaciones estructurales de los derechos humanos. Por ello, esta zona del continente sigue siendo una de las más desiguales del mundo.
UTILIDAD OLVIDADA
«Loa impuestos pueden apoyar el crecimiento y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe» criterio suscrito por especialistas del Fondo Monetario Internacional que está de vuelta al país en el momento en que tanto preocupa el debilitamiento recaudador de una de los Estados de más baja presión fiscal en el continente. El criterio del organismo de supervisión financiera es claro: «Como los costos de servicio de la deuda están subiendo, los países de la región se están viendo presionados para recortar el gasto público y/o elevar los impuestos». Ni una cosa ni la otra parece estar ocurriendo contundentemente en esta parte de la isla.
Y ha dicho más: en las Américas «se muestra que las reformas tributarias bien concebidas pueden apoyar el crecimiento y a la vez ayudar a los países a preservar la sostenibilidad fiscal. Y algo que cabe destacar es que estas reformas pueden ayudar a reducir la desigualdad del ingreso, un objetivo importante en una de las regiones más desiguales del mundo».
Desde otros litorales de críticas a la infuncionalidad que hace perder ingresos a los Estados se ha dicho incluso que los impuestos pueden contribuir a la justicia social «si se implementan de manera progresiva y equitativa. Son un recurso fundamental para que los gobiernos puedan financiar los servicios públicos y los programas sociales». Se trata de redistribuir la riqueza a través de programas sociales que combatan la pobreza y la inequidad pero motivando a los individuos a integrarse a acciones productivas en vez de acostumbrarlos a la dádiva.
Los sociólogos Rodrigo Uprimny Yepes y Mariano Matamoros han sostenido en cátedras universitarias por América Latina que los sistemas tributarios que se distinguen por progresivos, transparentes y justos fomentan el crecimiento inclusivo lo que, de alguna manera, expresa respaldo a los derechos humanos impulsando una distribución más equitativa de la riqueza para ampliar el acceso a los derechos a comer y a saciar otras necesidades elementales.
SANCIONAR CONSUMOS
El impuesto a bienes «dañinos» aparece en el arsenal de herramientas de los Estados para proteger la salud. Esto, mediante gravámenes que con elevación de costos al adquiriente final desalienten consumos considerados negativos y a la vez compensar con ingresos al fisco las consecuencias de sus efectos a la salud de los ciudadanos.
De ahí nació la tendencia ya generalizada a incrementar impuestos a los cigarrillos, las bebidas alcohólicas y a las azucaradas, convirtiéndose estos productos en importantes fuentes de recaudos fiscales. En República Dominicana esta opción aparece aplicada excesivamente contra la rentabilidad de sectores industriales de absoluta formalidad creadores de empleos, respetuosos del fisco que con efectos colaterales han fomentado la fabricación clandestina de alta toxicidad que año por año cuesta vida de quienes han estado huyendo hacia las sombras para pagar los tragos a menores precios. El contrabando de cigarrillos desde el exterior y de marcas desconocidas sustenta un crecido consumo al margen de la ley en el territorio nacional que escapa a la tributación y ejerce una competencia desleal a empresas que actúan a la luz del día.
Los problemas de salud que causa el tabaco son graves atribuyéndosele el cáncer de pulmón que lleva a la muerte a muchos fumadores; el segundo de mayor letalidad después del cáncer de estómago, que también es asociado al tabaquismo.